Como hemos visto, Samsung se ha esforzado mucho en conseguir que su nuevo lanzamiento, el Galaxy S8, sea un teléfono espectacular. Y lo ha hecho no solamente para marcar distancias con sus competidores dentro de la gama alto, sino también para recuperarse del fracaso que supuso todo lo sucedido con el Note 7, una crisis que podría haber acabado con cualquier empresa y que a Samsung le supuso unas pérdidas de más de 6 mil millones de dólares.

El impacto del Note 7 se dejó notar especialmente en último trimestre de 2016, cuando Apple sobrepasó en ventas a Samsung por primera vez desde finales del 2014. Hasta entonces, en todos los trimestres desde ese año, Samsung había superado a los de Cupertino. Eso sí, según datos de Gartner, la diferencia con la que Apple superó a los coreanos no fue muy grande: apenas 256 mil teléfonos.

De ahí que Samsung haya decidido lanzarse con un terminal (o mejor dicho, dos: S8 y S8+) que pone toda la carne en el asador no solo para recuperarse de las pérdidas sino para recuperar el liderazgo perdido. Con un atractivo diseño que rivaliza o, según algunos, supera al de Apple, el Galaxy S8 viene cargado de funcionalidades importantes entre las que se pueden destacar el reconocimiento facial y de iris para desbloqueo, la sustitución del botón de Inicio físico por uno virtual para permitir un mayor tamaño de pantalla y la incorporación de Bixby, su asistente virtual al estilo de Siri, Alexa o Google Assistant.

A sabiendas de que el principal recelo del consumidor en estos momentos es si se repetirá lo ocurrido con los Note 7 (es decir, que estallen), Samsung introdujo unas comprobaciones de seguridad en 8 puntos que dio a conocer públicamente en un intento de recuperar la confianza perdida sobre todo entre los menos fieles a la marca. Si lo ha conseguido o no, es difícil de decir en estos momentos, pero los inversores se han mostrado confiados en que lo lograrán ya que las acciones han alcanzado un nuevo récord tras el lanzamiento del nuevo Galaxy.

Hasta aquí, y si nada se tuerce en los próximos meses, podríamos decir que la compañía coreana ha conseguido resolver los daños causados por el Note 7 de manera solvente, recuperando su lugar perdido en el mercado. Sin embargo, y ya entrando en el terreno de la competencia directa con su principal competidor, Apple, el mayor desafío vendrá en septiembre con el lanzamiento del iPhone 8.

De acuerdo a los rumores que circulan, el próximo iPhone será un teléfono muy rico en novedades. Y es de esperar que sea así debido a que se trata del modelo del décimo aniversario del teléfono, una cifra muy señalada que Apple no dejará pasar así como así. De acuerdo a las especificaciones que están circulando, estaríamos ante un celular que plantaría cara duramente al Galaxy S8, aunque no termina de estar tan claro que lo pueda superar. Sin embargo, teniendo por delante los meses que quedan hasta el lanzamiento, Apple podría introducir funcionalidades adicionales aunque sea a última hora para inclinar la balanza a su favor.

 

Por lo tanto y al menos en el campo de la gama alta, a pesar de lo espectacular del terminal de Samsung, no sabremos quien gana esta batalla por el liderazgo hasta, por lo menos, inicios del año que viene, momento en el que las dos compañías estarán en igualdad de condiciones con sus mejores apuestas sobre el terreno de juego.