La resistencia de los celulares a los golpes se va incrementando en cada nueva generación, especialmente entre los de gama alta. Sin embargo, ¿dónde está el límite? ¿Cuánto castigo puede aguantar un teléfono antes de romperse de manera irremediable? A veces, pareciera que todo se debe al azar: se te resbala del bolsillo, cae al suelo y se hace trizas. Y otras veces, cae desde 700 metros y no le pasa casi nada, como le ocurrió al iPhone 5s de una usuaria canadiense.

La historia es así: Jeannine Buck estaba volando en una pequeña avioneta sobre un parque (Stanley Park) de Vancouver. Estaba tomando fotos desde el aire cuando su teléfono se le resbaló de la mano y cayó a tierra.

Cualquiera daría su teléfono por perdido. Pero, al mismo tiempo, cualquiera haría lo que hizo ella tan solo porque la esperanza es lo último que se pierde: una vez aterrizó, Jeannine usó el teléfono de otra persona para probar suerte con la aplicación Find My Phone. Así, pudo identificar la zona general donde había caído. Cuando estuvo en ella, hizo una llamada y pudo encontrar el iPhone.

Para su sorpresa, y la de cualquiera es su mismo caso, descubrió que el celular estaba solo ligeramente dañado y funcionaba perfectamente. Publicó una foto en Facebook mostrando el teléfono y, aunque no se pueden apreciar detalles, sí parece que la pantalla está intacta. El estuche que lleva el teléfono parece bastante normalito y, desde luego, no parece capaz de ofrecer gran protección ante una caída semejante. Aquí está la foto.

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Tal y como señalan en Applesfera, ya en su momento desde iFixit habían demostrado que el iPhone 5 era un modelo mucho más resistente que los anteriores y además también más sencillo de reparar. Hicieron pruebas dejándolo caer desde la altura del bolsillo, del pecho, del oído y desde por encima de la cabeza y no fue hasta la séptima caída que el teléfono empezó a mostrar daños apreciables, aunque no en la pantalla.

Sin duda, lo que le ha ocurrido a Jeannine Buck es una combinación de varios factores. La durabilidad del iPhone 5 es sin duda un factor importante, pero también debe de haber tenido algo que ver cosas como que, al estar sobrevolando un parque, es muy posible que las ramas de los árboles amortiguasen un poco la caída y que el dispositivo terminase cayendo sobre terreno blando y con hierba. Otra historia habría sido si hubiera caído sobre roca pura y dura (nunca mejor dicho). Aún así, una historia que sin duda redunda en beneficio de Apple respecto a la calidad de sus equipos.