Una de las novedades que se han incluido en la llamada Anniversary Update de Windows 10, la segunda mayor actualización del sistema operativo de Microsoft, y que más llamó la atención cuando fue anunciada es la incorporación de una consola Bash de Ubuntu completamente funcional.
Ahora bien, Bash no viene habilitada por defecto, por lo que si queremos usarla (aunque sea tan solo para probar su funcionamiento) deberemos activarla manualmente. No se trata de nada complicado, pero como sucede en muchos casos con Microsoft, requiere de un poco de paciencia.
A continuación, veamos los pasos que debemos seguir. Ni que decir tiene que es necesario haber instalado primero la Anniversary Update, pero hay un requisito más: deberemos estar usando Windows 10 de 64 bits. Si tu máquina es de 32 bits, lo siento: no es posible.
Se supone que la actualización debería llegarte automáticamente (si así lo tienes habilitado). Si no la has hecho, puedes forzar su instalación haciendo lo siguiente:
– Vamos al menú Inicio > Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update
– Aquí es posible que se nos muestren varias actualizaciones, entre ellas la Anniversary, que aparece como «Actualización de características a Windows 10, versión 1607». Si no lo hace, hacemos clic en «Buscar actualizaciones».
– Una vez nos salga, hacemos clic en «Actualizar». Y listo, paciencia para esperar a que se descargue y se instale.
– Si por alguna razón, lo que necesitamos es una ISO de la actualización, podemos obtenerla. Para ello, en la misma sección de «Windows Update», hacemos clic en «Más información». Esto nos llevará a una página desde donde podremos descargarla.
Como activar Bash
Vamos entonces con la activación de Bash. Para ello, primero tenemos que ir a Configuración > Actualización y seguridad > Para programadores.
Allí, activamos el «Modo de programador». Tras hacerlo (aceptando primero un aviso), es posible que se nos pida reiniciar la máquina, así que lo hacemos.
A continuación, llega el momento propio de activar Bash. Para ello, nos vamos al menú Inicio y allí abrimos «Activar o desactivar las características de Windows». Para hacerlo, recordar que basta con escribir las primeras palabras después de abrir el menú. De hecho, con escribir «Activar» ya aparece la opción. También lo hace si la buscamos en inglés: «Turn Windows Features on or off».
Esto nos abrirá una ventana en la que deberemos desplazarnos hasta encontrar la opción «Windows Subsystem for Linux (Beta)». La marcamos, clicamos «OK» y se nos pedirá un nuevo reinicio.
Ya casi estamos. Casi.
Tras el reinicio, tendremos por fin una nueva opción a la que recurrir. Abrimos el menú Windows y buscamos «Bash». Cuando aparezca, hacemos clic en él.
Al hacerlo, se nos abrirá una PowerShell que descargará la imagen de Ubuntu de la tienda de Windows y la instalará. Una vez que se complete el proceso, se nos pedirá crear una nueva cuenta de usuario con su correspondiente contraseña para usar Bash. Todo esto puede ser diferente de las credenciales de nuestro Windows, así que podemos poner lo que queramos.
Y ahora sí, ya está. Para abrir Bash, podemos escribir en el menú Inicio «Bash» o «Ubuntu» y ya tendremos nuestra consola Linux al alcance de nuestros dedos.
Qué se puede hacer con Bash en Windows
Bash en Windows es una forma de ejecutar aplicaciones de Linux (basadas en la terminal, no con entorno gráfico) y comandos de Bash de forma nativa en Windows, con acceso a su sistema de archivos. No es ni una máquina virtual, ni un contenedor, ni una distribución completa. Según Microsoft, es un subsistema que requiere «menos recursos que una máquina virtual completa».
¿Y qué podemos hacer? Pues ejecutar las herramientas de línea comandos más habituales como grep, sed, awk, vi, emacs, nano y otras muchas. También se puede usar el gestor de paquetes APT de manera completa e instalar nuevos, aunque no podemos ejecutar aplicaciones que hagan uso de una interfaz gráfica o que requieran de entornos de escritorio, aunque respecto a estos, algunos han conseguido cosas tan llamativas como poco usables.
Con Bash, podemos explorar el sistema de archivos usando comandos de Linux y usar ssh para acceder a servidores remotos, por poner otros ejemplos. Lo que no es posible es abrir, editar o eliminar aplicaciones de Windows o modificar configuraciones del sistema, como las clave de registro.