En las últimas semanas, Google ha visto como grandes anunciantes han retirado su presencia de sus servicios, especialmente de YouTube. Todo comenzó a partir de que el periódico londinense Times informase que algunos anuncios estaban apareciendo en vídeos que promocionaban el terrorismo o el antisemitismo.

Ante esta noticia, el gobierno de Reino Unido y el periódico The Guardian fueron los primeros en retirar sus anuncios de YouTube, pero lo más grave vino después, cuando Havas SA, la sexta compañía de publicidad y marketing más grande del mundo, retiró la publicidad de sus clientes británicos tanto del popular portal de vídeos como de la red de anuncios de Google. Otras compañías que se han retirado también de Google han sido Sainsbury’s Plc, BBC, Toyota y Volkswagen.

La crisis se agravó en el momento en el que dio el salto al otro lado del atlántico, cuando AT&T, Verizon y Johnson & Johnson anunciaron que también detenían sus inversiones publicitarias en Google. Las dos primeras compañías, que son las teleoperadoras más grandes de Estados Unidos, dijeron que habían dejado de publicitar en espacios que no fuesen del buscador. En el caso de Johnson & Johnson, detuvieron todos sus anuncios en YouTube a nivel global.

Una representante de AT&T dijo en una declaración pública que «Estamos profundamente preocupados de que nuestros anuncios puedan aparecer en YouTube junto a contenido que promueva el terrorismo y el odio. Hasta que Google pueda asegurar que esto no va a ocurrir otra vez, estamos quitando nuestra publicidad de todas las plataformas de Google excepto de las búsquedas». Desde Verizon, no solamente han hecho lo mismo sino que también han empezado una investigación.

Google, tomando medidas pero confiado ante la crisis

Google ha intentado que la cosa no vaya a más implementando nuevas herramientas y políticas. Sin embargo, esto no ha motivado que los anunciantes regresen de inmediato, sino que más bien se queden esperando a tener más detalles acerca de los resultados que se obtengan con estas medidas.

Esta reacción es comprensible ya que, como señala el analista Mark Bergen en Bloomberg, esta no es la primera vez que pasa algo así. Y en realidad, se añade a otros agravios que los anunciantes consideran que han recibido, como la ausencia de estándares de medición de audiencias más uniformes y auditorías de terceras partes. Pero ojo, que Google no está solo en estos temas, pues los anunciantes también se consideran igualmente agraviados por Facebook,

Brian Wieser, analista de Pivotal Research Group, grupo que degradó las acciones de Alphabet Inc. tras la espantada de las empresas, señaló en el mismo medio que la compañía parece no entender la gravedad de la situación a pesar de las conversaciones que están manteniendo con las empresas. Según Bergen, esto puede ser debido a que esperan que la situación actual no tenga un mayor impacto en sus beneficios y quizá algo a medio camino entre la arrogancia y la seguridad en su producto, pues aunque los anunciantes puedan desplazar su publicidad a Facebook o incluso a sitios como Snap, YouTube sigue siendo el sitio más potente para vídeo que hay hoy en día.

Y es que, aunque el golpe para Google ha sido duro, el grueso de sus ingresos por publicidad provienen de las búsquedas, los cuales representaron casi 80 mil millones de dólares el año pasado. Su red de anuncios, la cual muestra publicidad en otros sitios web, generó casi 5 mil millones de dólares en ingresos, lo que representa el 20% de las ventas publicitarias totales. Sin embargo, las pérdidas causadas por esta crisis podrían ser representativas, ya que los analistas estiman que el sitio genera miles de millones cada año, encontrándose entre los negocios de Google de más rápido crecimiento.

Si bien que Google demuestre la eficiencia de las medidas aplicadas ya sería un paso para resolver esta situación, lo cierto es que tanto esta compañía como Facebook están siendo cuestionadas por las grandes empresas respecto a otros asuntos relacionados con la publicidad, como hemos visto. Si los gigantes de la red quieren que se materialicen las previsiones en gasto de publicidad en Internet, deben ir resolviendo estos conflictos cuanto antes pues aunque la tendencia es fuerte, nadie dice que no podría revertirse en cualquier momento.