Cacao

Así es. De aquí en algo más de 30 años es posible que no podamos disfrutar de sabrosos chocolates como los que se producen en nuestro país. Y al parecer, será por causa del cambio climático. Ahora bien, ¿por qué? Y lo más importante: ¿tiene solución?

Vamos con la primera pregunta. Para responderla, primero debemos saber que las plantas de cacao ocupan una posición precaria en el mundo. Sólo pueden crecer dentro de una estrecha franja de tierra boscosa a unos 20 grados al norte y al sur del ecuador, donde la temperatura, la lluvia y la humedad se mantienen relativamente constantes durante todo el año. Y a pesar de que aquí tengamos buenos chocolates, lo cierto es que más de la mitad del cacao que hay en el mundo procede ahora de sólo dos países de África Occidental: Costa de Marfil (un 38%) y Ghana (un 19%). Ecuador produce un 4%.

Tomando esto en cuenta, se estima que esas áreas no serán aptas para el cultivo de cacao en las próximas décadas. Para 2050, el aumento de las temperaturas empujará a las regiones chocolateras de hoy en día a más de 300 metros de altura hacia terrenos montañosos, gran parte de los cuales están actualmente preservados para la vida silvestre, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration).

Por lo tanto, ¿estamos condenados a dejar de comer chocolate en todo el mundo? Parecería que sí, aunque obviamente ya hay mentes que se han puesto a trabajar en buscar una solución. Y no, no hablamos de intentar revertir el cambio climático, sino de intentar salvar los cultivos de cacao y de muchos otros tipos.

Actualmente, se está llevando a cabo una investigación en la Universidad de California empleando una tecnología de modificación genética llamada CRISPR, que permite hacer pequeños y precisos ajustes en el ADN que nunca antes habían sido posibles. Y en esta investigación, se están empleando plantas de cacao verde para comprobar su efectividad y continuar su desarrollo.

Los ajustes que permite hacer CRISPR ya se están utilizando para hacer que las cosechas sean más baratas y confiables. Pero su uso más importante puede ser en los países en vías de desarrollo, donde muchas de las plantas de las que depende la gente para evitar la inanición están amenazadas por los impactos del cambio climático, incluyendo más plagas y la falta de agua.

La investigación de la Universidad de California se está realizando en la actualidad en colaboración con la empresa de alimentos y dulces Mars, conocida por diversos productos, siendo Snickers uno de los más populares. En septiembre de 2017, la empresa se comprometió a aportar 1.000 millones de dólares como parte de un esfuerzo denominado «Sostenibilidad en una generación», cuyo objetivo es reducir la huella de carbono de su negocio y de su cadena de suministro en más de un 60% para 2050.

Como es lógico, el uso de la tecnología CRISPR no solo impactará en los cultivos de cacao, sino en otros muchos y podría beneficiar a todo tipo de pequeños agricultores, protegiendo también otras plantas como la mandioca, que evita que millones de personas mueran de hambre cada año.

Entonces, ¿nos quedaremos sin chocolate? Pues posiblemente, no. Pero total, a este paso nos vamos a quedar sin planeta, así que tampoco es que importe mucho.