Google+ como red social complementaria

Cuando Google+ introdujo las colecciones y pivotó para intentar convertirse en una red social de intereses más que de personas, reconozco que me entusiasmó la propuesta. Pero como muchos otros, con el tiempo terminé abandonando la red de Mountain View en favor de Facebook.

Siempre he sido partidario de las redes sociales centradas en intereses. Es precisamente por ello que soy usuario de Pinterest, pues creo que en este área destaca frente a los demás (aunque su algoritmo a veces es un tanto irritante). Sin embargo, no ha sido una tendencia que haya terminado por concretarse en la web actual.

Y a pesar de todo, me vi arrastrado por ese torbellino que es Facebook. Al fin y al cabo, hay encuentras todo lo que te interesa. Está tu gente (o al menos hay la suficiente de ella como para que entres) y puedes seguir a las publicaciones que te interesan (algoritmo mediante, más irritante aún que el de Pinterest). Al final, lo dicho: terminé usando cada vez más Facebook y abandoné del todo Google+.

Sin embargo, hace unas semanas me planteé algo que me hizo volver a la red social de Mountain View. No me sentía del todo cómodo en Facebook. Cuando entraba de esa manera descuidada en que lo hacemos a veces, solo para echar un vistazo en un rato muerto o queremos relajarnos unos minutos, lo que veía no me convencía. Y ojo, no es que yo tenga miles de amigos (ni siquiera llego a los 300) ni siga muchísimas páginas. Además, tengo muy depurado mi news feed. Pero igualmente, no me sentía cómodo. Por cierto, que esto fue antes de lo de Cambridge Analytica, que conste.

Comencé a usar entonces más Twitter también para esos momentos, y me pasó lo mismo. En Twitter aplico las mismas reglas que en Facebook, así que mi cronología está bastante depurada. Pero igualmente, no me convencía.

Entonces, me di cuenta de lo que ocurría. Estaba relacionado con lo que mencionaba en un post el ingeniero de Google Geoff Stearns:

Muchas de las herramientas sociales que usamos hoy en día están diseñadas como cascadas binarias: o estás dentro o estás fuera. Si quiero tus tweets sobre desarrollo web, también recibo tus tweets sobre política. Si quiero tus actualizaciones de estado de nuestra ciudad natal sobre nuestros amigos de la escuela secundaria, también estoy optando por tus opiniones sobre el último episodio de Real Housewives of Wherever. El problema con nuestras herramientas sociales es que si quieres compartir algo públicamente, debes compartirlo con todos.

Ahí estaba el problema: las dos redes sociales que más usaba me ofrecían contenidos dispersos en cuanto a temática. Lo que necesitaba era un sitio complementario, un lugar donde entrar para «pasear la vista» por así decirlo, quizá compartiendo algo, pero nada excesivamente relevante. Y a ser posible, centrado en unas pocas temáticas específicas.

En busca de una nueva red social

social-media

Antes de emprender la búsqueda de una nueva opción, decidí echar un vistazo a lo que ya tenía a mi alrededor. Bueno, en lo de la nueva opción ya había caído un poco antes: probé Vero, pero no me convenció. Así que me puse a revolver en mi cajón virtual.

Pinterest habría sido la primera opción a la recurrir. Y de hecho, entro en ella con cierta frecuencia. Pero, como he dicho, su algoritmo me parece irritante: a veces se «engancha» con contenido del tipo que has pineado y, al poco que has republicado unas cuantas ilustraciones de Batman, toda tu cuenta se convierte en la Baticueva. Bueno, venga: solo lo hace el 75%, pero lo hace.

Ello terminó convirtiéndose en una red para artistas, y eso me atraía. Además, terminaron cambiando ese odioso tipo de letra que tenían al principio. Sin embargo, me seguí encontrando con los mismos fallos técnicos que me llevaron a alejarme de ella. Además, no tenía la aplicación instalada en el celular y el mío anda escaso de espacio. Por lo tanto, desechada.

Entonces dirigí mi mirada a Google+. Y la primera pregunta que me hice fue «¿Seguirá viva?». Por lo tanto, decidí averiguarlo.

Sí, estaba viva

google+-its-alive

Cuando volví a entrar en Google+, hacía mucho, pero que mucho tiempo que no me pasaba por allí. Y me llevé una sorpresa: aquello no era el erial que me esperaba. Más tarde, me di cuenta que tampoco es que sea un vergel, pero lo cierto es que había más actividad de la que pensaba encontrarme.

La mayoría de publicaciones provenían de páginas (de las propias de la red social o de usuarios que representan a sitios). Los usuarios individuales publicaban menos. Desde luego, quienes no lo hacían eran los que habitualmente veía en mi cuenta de Facebook y que en su momento también habían probado Google+.

Debido a la naturaleza actual de las redes sociales, no puedes saber a ciencia cierta a quién no ves porque sencillamente no publica nada y a quién porque el algoritmo te lo oculta. Desconozco las características del de Google+, aunque está claro que hay uno: las publicaciones no aparecen por orden cronológico.

Con lo que me encontré en un primer vistazo, me satisfizo. Era algo bastante parecido a lo que estaba buscando: una cronología o «río» de publicaciones de temas que me interesaban. No es que fuera perfecta, ni mucho menos. Era necesario afinarla. Así que me puse a ello.

Afinando Google+

google+-colecciones

Es en el momento en que te pones a buscar nuevas fuentes de información en esta red social cuando se empieza a enfriar el entusiasmo inicial. Está viva, sí, pero se parece bastante a una animación suspendida.

Primero, poco a poco vas recordando acerca de otros usuarios y páginas que te gusta seguir, pero no tardas en descubrir que ya no publican nada. Cuando entras a sus perfiles, corroboras que la última publicación fue hecha hace muchas, pero que muchas semanas.

Pero no importa. Puedes vivir sin ellos. Así que te pones a explorar la red en busca de nuevas fuentes de información. La mejor forma de hacer esto es recurrir a la opción «Descubrir» que encontramos en la barra lateral izquierda en la versión de escritorio o a las opciones «Colecciones» y «Comunidades» que están en la parte inferior de la versión móvil. Aunque supongo que no habrá muchas diferencias, cabe indicar en este momento que a la que siempre me referirá será a la de Android. No tengo ni idea de cómo es la de iOS.

La opción «Descubrir» en escritorio muestra tanto colecciones como comunidades destacadas, junto con algunas publicaciones extraídas de ellas. Además, en la parte superior aparecen una serie de temas sugeridos, los cuales nos mostrarán, al clicar en ellos, ambas cosas relacionadas con la temática elegida. Lo mismo ocurrirá si utilizamos la casilla de búsqueda para buscar cosas relacionadas con un tema. Por cierto, que esta hace tanto énfasis en los temas que, en la parte inferior, nos muestra un listado de los más populares.

Ya sea desde la versión móvil o desde el escritorio, ahora es cuestión de ir investigando y uniéndote a comunidades o seguir colecciones. Pero cuidado: hay que fijarse en la fecha de la última publicación hecha en cada una de ellas. Su contenido sí aparece en orden cronológico (aunque este a veces no sea muy estricto) y nos sirve como referencia para averiguar si el creador de la colección sigue publicando en ella o si la comunidad está activa o ha sido abandonada.

Supongo que en este punto la pregunta es si hay contenido o no. Y la respuesta es: depende. A mi parecer, y buscando lo que yo buscaba, lo cierto es que no mucho. Al menos, no mucho en relación a las expectativas que se me habían despertado a raíz de esa primera y sorpresiva impresión. De los temas que me interesan, no encontré tanto como deseaba, aunque sí lo suficiente como para justificar entrar de vez en cuando en la red.

Hay comunidades que sí parecen estar activas pero, al menos entre las que me recomendó Google+ en primera instancia, tampoco es que estemos hablando de que publiquen mucho. Aun así, conseguir dar con algunas nuevas fuentes de información, tanto colecciones como comunidades, a las que no dudé en seguir o unirme.

¿Vale la pena volver?

google+-volver

Tras algunas semanas asomándome a Google+ de manera regular (que no publicando), he decir que mi idea inicial de usarla como red social complementaria no ha resultado del todo buena, pero tampoco del todo mala.

Debido a que no se publica tanto como uno esperaría, los contenidos tampoco son exactamente los que a uno le gustaría. Si buscas temas generales (ciencia, cine, cómic, tecnología, programación), encontrarás diversas opciones. Pero si buscas cosas más concretas, más específicas (biología, cine ecuatoriano) lo más probable es que no las encuentres. Quizás estén, no lo sé, pero si acaso estarán bien escondidas.

Si usas Android, dado que tendrás sí o sí cuenta en Google+ (va de «regalo» con la de Google), creo que sí merece tenerla al alcance de la mano para entrar un par de veces al día en lugar de hacerlo a Facebook, a Twitter o a Instagram. Seleccionando adecuadamente las comunidades y colecciones que sigues, puedes terminar con un recurso de entretenimiento bastante simpático.

Si usas iOS, dependerá del espacio de que dispongas en el dispositivo. Si te sobra, por instalar la aplicación y probar no pierdes de nada: se aplica todo lo que acabo de decir en el párrafo anterior. Pero si necesitas eliminar otras cosas para hacer espacio a la aplicación, yo no perdería el tiempo a menos que me devorase la curiosidad. Si es así, mejor entra primero a la versión web de escritorio para comprobar de primera mano si lo que encuentras por allí te convence.

En cuanto a mí, lo cierto es que le voy a dar una oportunidad. Aunque solo en modo «lurker», al menos por ahora. Me siento cómodo con lo que veo por allí y aunque no sea un contenido deslumbrante, que me vaya a cambiar la vida, he afinado mi fuentes lo suficiente como para que sea un sitio donde acudir a distraerme un poco sin ninguna pretensión y, sobre todo, sin que me asalte ninguna opinión indignada sobre cualquier tema, o una noticia política que me indigne a mí o cualquier otro estímulo que me agite, perturbe o simplemente me distraiga excesivamente.

A veces uno necesita espacios así: el equivalente virtual a una salita tranquila donde relajarse y dejarse llevar. No sé si Google+ lo será, pero por el momento se parece bastante.