Mando de Play Station 4 Azul

Las navidades se acercan y quizá estés considerando en pedir o hacerte con una consola (¡eh! ¡Los autoregalos existen!). Actualmente, hay potentes opciones en el mercado: la Nintendo Switch, la Xbox One X, la PlayStation 4 Pro… Pero, a pesar de ello, hay una opción que todavía sigue siendo digna de considerar: la PlayStation 4.

¿Una consola de 2013 sigue siendo una opción interesante? Pues sí, así es. Y aquí te traemos 7 razones para que la consideres como tu próxima adquisición.

Precio más competitivo que nunca

Tras 4 años, su precio original de 400 dólares (en el exterior) ha ido cayendo hasta cifras que resultan más manejables. Buscando por tiendas online se pueden encontrar unidades en torno a los 250 dólares y, en cuanto a ventas locales, se puede encontrar a precios mucho menores que las consolas más recientes.

Esta ya de por sí puede ser una razón suficiente como para hacerse con este modelo de la PlayStation. Las consolas más recientes pueden ser más espectaculares, pero esa espectacularidad se traslada también al precio, sobre todo aquí, en Ecuador. Pero sigamos viendo qué otras razones nos ofrece la propuesta de Sony como para apostar por ella.

Juegos gratis todos los meses

Si a la compra de la consola le añades el pago de la suscripción al servicio PlayStation Plus, estás hecho. Y es que, aunque el servicio tiene varios beneficios, uno de ellos es el de poder conseguir juegos gratis todos los meses, lo cual hace que la suscripción se amortice en poco tiempo.

El acceso a los juegos lo conservas mientras estés suscrito al servicio, lo que te permite sacarles mucho partido. Esto justifica ya por sí mismo el precio, que no es muy alto: 9,99 dólares al mes, obteniendo un 50% de descuento si haces el pago anual, porque entonces se convierte en 59,99 dólares.

Todo el streaming que necesitas

Si eres de los que todo el audiovisual que ve es por streaming, la PlayStation 4 ofrece una plétora de aplicaciones con la que acceder a tu contenido favorito. Y entre ellas, por supuesto, se encuentran las indispensables de YouTube y Netflix. Pero no son las únicas: hay otras muchas opciones. Y entre ellas, incluso la de poder habilitar tu propio servidor de contenidos a través de Plex con su aplicación nativa.

Accede al mundo independiente

El mundo de los videojuegos no se reduce solo a los triple A de los grandes estudios. La escena indie ha ido creciendo no solo en número sino en variedad y calidad de propuestas, brindando alternativas que, si bien no son muy extensas, pueden proporcionarnos unos muy buenos ratos de juego. Y para PlayStation, el mercado independiente está bien nutrido, con cosas tan atractivas como «Bastion» y «Nuclear Throne».

Sigue jugando desde tu computadora

Si en la casa son más de uno a la hora de usar la consola, como por ejemplo para ver el contenido en streaming que mencionábamos antes, se acabaron las discusiones por ver a quien le toca adueñarse de la PlayStation. Gracias al «Uso a distancia de tu PS4» todo lo que tienes que hacer es irte con el mando a la laptop, a la computadora de escritorio (Windows o Mac) o ir a la PS Vita y seguir jugando con toda normalidad.

Profunda integración con Spotify

Lo que hicieron los de Sony cuando su «PlayStation Music» fracasó es algo que los honra: profundizar la integración de Spotify con la consola. ¿Y esto que significa? Pues que puedes reemplazar la música de cualquier juego con temas de Spotify. Y no, no se trata tan solo de poner el audio del servicio por encima del audio del juego, sino que los efectos de sonido permanecen: solo la música se reemplaza. Y lo que es mejor: se puede hacer uso de esta característica con la versión gratuita de Spotify (aunque te tocará aguantar los anuncios).

Si solo no puedes, con amigos sí

Y terminamos con una opción que requiere, sí, de PlayStation Plus, pero que vale la pena mencionarla porque es una razón más para suscribirse al servicio: Share Play.

Por medio de Share Play, puedes invitar a tus amigos a que jueguen a juegos que tú tienes y ellos no. Y no se trata solo de que les dejes ver lo que estás haciendo en la partida, no, sino que ellos pueden jugar también. Así, por ejemplo, puedes echar mano de tus amigos más habilidosos para que se encarguen de derrotar a ese jefe final que te tiene amargado porque eres incapaz de derrotarlo.