El mismo día en el que Apple presentaba el nuevo iPhone, Sony hizo su propia y esperada presentación de lo que se conocía antes como PlayStation Neo y luego ha resultado ser la PS4 Pro.

Al igual que sucede con la Xbox One S, no estamos aquí ante una nueva generación de consolas, sino ante una evolución, un paso intergeneracional en el que la PS4 eleva principalmente su potencia gráfica pasando a soportar ahora 4K además del HDR que ya soportaba antes.

Tal y como lo describe Sony, la PS4 Pro hace uso de un procesador gráfico que incorpora muchas características de «Polaris», la última arquitectura de AMD, el cual es considerablemente más poderoso que la GPU incluida en la PS4 estándar. Esto, en números, significa que la potencia gráfica de la PS4 Pro es de 4,20 Teraflops frente a los 1,84 de la PS4 normal.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que la resolución 4k que se ofrece no es nativa, sino que se obtiene mediante reescalado (upscaling) al menos en los juegos, ya que sí será posible disfrutar del 4K en contenido en streaming que así lo ofrezca, como en el caso de Netflix y YouTube. Bueno, será posible disfrutarlo siempre y cuando contemos con una televisión 4K, aunque esto no significa que sea imprescindible para usar la consola: podemos usarla con una televisión HD común.

Considerando que el soporte 4K es uno de los aspectos más destacables de esta Pro, ha llamado bastante la atención que no se incluya un lector de Blu-ray Ultra HD 4K. El lector solo reproduce Blu-ray normales y DVD, y si tenemos una televisión 4K, la consola se encargará de escalar la imagen a esa resolución.

Siendo el tema de la resolución el más importante, hay que decir que no es la única novedad con la que viene esta nueva versión de la consola de Sony. A diferencia del modelo anterior, en lo que a capacidad se refiere ya no se parte desde 500 GB sino que, al menos de momento, hay una oferta única de 1 TB de almacenamiento.

La consola también se ha vuelto un poco más grande y pesa también más: 3,3 kg, medio kilo más respecto a la PS4 de 2013 (2,8 kg). Asimismo, se ha añadido un puerto USB 3.1 adicional (contando así ahora con 3, todos del tipo 3.1) y el Bluetooth pasa a ser 4.0 LE (Low energy). CPU y RAM permanecen igual.

En cuanto a los juegos, tal y como Sony anunció, la PS4 Pro es compatible con todos los juegos existentes. No habrá juegos exclusivos para Pro, pero lo que sí habrá serán actualizaciones por medio de parches para algunos. Los que cuenten con estos parches, llevarán una etiqueta que así lo indicará.

Para terminar este somero repaso por la nueva consola de Sony, nos queda ver los precios y la disponibilidad, sin olvidar mencionar que también presentaron una versión actualizada de la PS4 «convencional», a la que se le había denominado «Slim» en las filtraciones. Esta PS4 no deja de ser una versión algo actualizada de la PS4 original, pero más pequeña y menos pesada. A nivel de especificaciones no tiene muchos cambios pero, acorde con la disminución de tamaño, también viene acompañada de una disminución de precio.

La PS4 «Slim» estará disponible a partir del 15 de septiembre en Estados Unidos y Canadá y su modelo base de 500 GB tendrá un precio (sugerido) de 299 dólares, 100 dólares menos que la PS4 original, a la cual viene a reemplazar convirtiéndose en el nuevo estándar. En cuanto a la PS4 Pro, estará disponible en los mismos países a partir del 10 de noviembre y su precio (sugerido) será 100 dólares superior al de la «Slim»: 399 dólares; es decir, el mismo de la PS4 original.

Comprar o no la PS4 Pro

La gran ventaja de la PS4 Pro es, por supuesto, el aspecto gráfico, que permitirá que los juegos se vean con una mayor calidad respecto a sus predecesoras. Lo visual es desde luego muy importante, pero no hay que olvidar que para sacarle un mayor partido primero tienen que hacerlo los desarrolladores de juegos y, además, tenemos que contar también nosotros con un equipo (televisión 4K) que la complemente (aunque no sea imprescindible para poder usarla).

Si es nuestra primera consola, entendiendo esto tanto de manera literal como que venimos de modelos antiguos o de la competencia, la PS4 Pro es una buena apuesta, sea o no contando con la televisión «a juego». En este caso, podemos dejar que el bolsillo decida, pues la Pro tiene un coste 100 dólares superior a la «Slim». Eso sí, además de los 4K recordemos que están los 500 GB más respecto al modelo base de la «Slim».

Si tenemos una PS4 de 2013, la decisión ya se vuelve un poco más peliaguda. Aquí el factor determinante quizá termine siendo si tenemos o vamos a tener en un corto plazo una televisión 4K. Dado que tanto esta consola como la «Slim» van a recibir el soporte para HDR por medio de una actualización de software, es nuestro intereses en el 4K lo que puede al final decidir nuestra compra: si es mucho, no debemos dudarlo y pasarnos a la Pro; si es poco, tal vez no sea el momento para volver a invertir en este dispositivo de ocio y mejor esperar a ver lo que nos depara el futuro, a menos que deseemos renovar nuestra PlayStation por la razón que sea: si es así, la «Slim» quizá sea una mejor opción que la Pro. Insistimos: la decisión se tomará en función de la relevancia que le demos al 4K.

Todo esto sea dicho sin contar con factores parecidos a los que hablamos a la hora de comprar un iPhone en Ecuador: disponibilidad en el país, precios altos por temas de impuestos y relación oferta-demanda, y demás cosas similares. Estos factores son bastante influyentes y suelen determinan considerablemente la renovación o no de cualquier equipo.