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Por fin, el proyecto Scorpio de Microsoft perdió su categoría de proyecto y hasta su nombre de signo del zodiaco y tomó forma, convirtiéndose en el Xbox One X, la consola más poderosa que han creado hasta el momento en Redmond.

Por fuera, la Xbox One X tiene un aspecto muy similar a la S, solo que en color negro en lugar de blanco y un poquito, tan solo un poquito más grande: la X mide 300mm x 240mm x 60mm, mientras que la S tiene unas dimensiones de 295mm x 230mm x 65mm.

Pero lo principal no es el diseño, son las tripas. Las especificaciones son las que se adelantaron hace unos meses: un procesador de 8 núcleos x86 a 2,3 GHz acompañado de una GPU de 1172 MHz GPU con 6 teraflops de desempeño. Todo esto endulzado con 12 GB de RAM GDDR5 con un ancho de banda de 326 GB/s. Un conjunto de especificaciones que dejan claras las metas de Microsoft con la consola: ofrecer una máquina pensada para el juego nativo a 4K.

Además de toda esta potencia, cuenta con Dolby Atmos para el audio, UHD Blu-Ray para reproducir contenido en 4K, entradas y salidas HDMI, 3 puertos UDB 3.0 con los que recurrir a disco duros externos y una unidad de almacenamiento interna con espacio de 1 TB.

 

Compatibilidad por todas partes: en juegos y accesorios

Aparte de todo su poder, uno de los aspectos más relevantes de la Xbox One X es como Microsoft se ha esforzado para conseguir la retrocompatibilidad con los títulos de versiones anteriores ya que no habrá juegos exclusivos.

Esto va en dos sentidos: todos los títulos de la Xbox One podrán jugarse en la X, que se encargará de escalarlos a 4K a nivel de hardware; pero también todos los títulos que salgan para la X se podrán jugar en el resto de la familia Xbox.

Pero a pesar del escalado, ya se han anunciado que habrá actualizaciones gratuitas por partes de varios estudios que harán que sus juegos aprovechen las características de la consola de Microsoft. Algunos de los títulos confirmados que recibirán esta actualización son Minecraft (aunque esto es obvio), Resident Evil 7, Final Fantasy 15, Gears of War 4 y Forza Horizon 3 entre otros muchos.

Y ya que estamos hablando de compatibilidad, también resaltar que esta se extiende también hasta los accesorios, de manera que podrás usar los mandos de tu Xbox One anterior en este equipo sin problemas. Y claro, también el Kinect.

 

Ya sabemos cuál será el regalo perfecto de estas navidades

Microsoft había prometido una máquina demoledora y hay que reconocerles que lo han conseguido, vapuleando así a su principal rival, la Playstation 4. Algo tendrán que hacer desde Japón para nivelar la apuesta, pero es difícil que lleguen para navidades, momento en el que la Xbox One X será sin duda la estrella de la temporada.

Sin embargo, tampoco habrá que esperar tanto para conseguirla, pues estará disponible algo más de un mes antes: saldrá a la venta el 7 de noviembre y tendrá un precio de 499 dólares, el cual sin duda es competitivo para un producto de estas características.