Dentro de la imaginería que hemos generado como sociedad acerca del futuro, siempre han tenido un papel predominante los autos voladores. Hasta el momento nunca han conseguido salir de las películas y libros de ciencia ficción, aunque esto podría cambiar dentro de unos pocos años. En la actualidad, se está trabajando activamente en llevarlo a la realidad. Y uno de los que está apoyándolo es, ni más ni menos, una persona que ha contribuido a definir gran parte del entorno tecnológico en el que actualmente vivimos: Larry Page, uno de los fundadores de Google.

Según informaron desde Bloomberg, Page ha invertido en secreto en dos pequeñas startups de California, Kitty Hawk y Zee.Aero, ambas competidoras entre sí pero que persiguen un mismo objetivo: crear un auto volador. La única cifra que ha trascendido ha sido la de los 100 millones de dólares que lleva aportados a Zee.Aero. Esta empresa, según las fuentes consultadas por el medio, ya han desarrollado dos prototipos que son probados de manera regular en las instalaciones que tienen en el aeropuerto de Hollister.

Si bien parece ser que en la relación entre Zee.Aero y Larry Page, Google no tiene nada que ver, sí que hay un nexo de unión más claro en lo que se refiere a Kitty Hawk. Esta compañía está presidida por Sebastian Thrun, fundador de Google X, la división de Alphabet Inc. dedicada a innovación. Experto en autos autónomos, parece ser que además se llevó a Kitty Hawk parte del personal que trabajaba dentro de este área en Google X. A pesar de estos movimientos de gente de un sitio a otro, ambas empresas son entidades completamente separadas y tanto Page como Thrun e incluso Google declinaron hacer comentarios sobre ambas startups a Bloomberg. En lo que se refiere a prototipos funcionales, no se sabe que Kitty Hawk haya ido más allá de diseños sobre el papel, por así decirlo.

La razón por la que Page ha apoyado ambas empresas es que, bajo su punto de vista, con dos compitiendo entre sí, el trabajo se llevará a cabo de una manera más acelerada. Los equipos de ambas trabajan de manera separada y empleados de Zee.Aero han comentado que Page también quería comprobar si equipos más pequeños, como parece ser el caso de esta empresa, funcionaban mejor que otros más grandes, que es el caso de Kitty Hawk.

¿Se puede sacar de todo esto que lo que un día fue tan solo una fantasía esté próximo a hacerse realidad? Como en otros casos similares, es muy temprano para decirlo. Se desconoce el avance real de ambas compañías y si sus progresos son tangibles, a pesar de que una de ellas cuente ya con prototipos. Además, está la duda del financiamiento, porque otro dato que dejó caer Bloomberg es que Page habría comentado a alguien cercano que si se hacía público su participación en este sector, dejaría de respaldar las dos empresas. Y no solo es que se haya hecho público, sino que también ha sido bastante comentado. Por el momento, no ha habido noticias de que haya cumplido con esa afirmación. Y la verdad, ojalá que no lo haga.

Larry Page no está solo

A pesar de lo que se puede pensar a raíz de lo que acabamos de decir, ni Kytty Hawk ni Zee.Aero son las únicas empresas que están interesadas en el tema de los autos voladores. De hecho, las dos tienen competencia. Y una de las compañías que más cerca está de ofrecer un producto final es la eslovaca AeroMobil.

El año pasado, desde AeroMobil dieron a conocer el último prototipo de su propuesta: un vehículo con forma alargada y alas plegadas hacia atrás, capaz de ir por carretera y despegar desde un aeropuerto. Según el CEO de la empresa, Juraj Vaculik, los planes son anunciar en 2017 el primer automóvil volador que sale al mercado, demostrando así no solamente que es posible hacerlo sino también comercializarlo. Eso sí, no será algo que esté al alcance de todo el mundo, pues Vaculik habla de precios en torno a «un par de cientos de miles de dólares».

Además de AeroMobil, también está la compañía estadounidense Terrafugia, que apunta a lanzar su propio modelo este año o el que viene, aunque también es cierto que llevan intentándolo desde 2011, año en el que dijeron que saldría su primera propuesta, «The Transition», y que finalmente quedó pospuesto.

Como se puede ver en los vídeos que hemos puesto, las apuestas tanto de AeroMobil como de Terrafugia están dirigidas a un vehículo que más parece un híbrido entre un auto y una avioneta que el concepto «tradicional» de auto volador que todos solemos tener en la cabeza. Ahora bien, Terrafugia está trabajando también en un modelo con capacidad de despegue vertical que se aproxima más a lo que solemos imaginar. Es el TF-X, del cual solo es posible ver en estos momentos una animación por computadora. Actualmente, este modelo está en una etapa temprana de desarrollo y se espera que su producción pueda realizarse de aquí a entre 8 y 12 años.

Imagen: Terrafugia (TF-X)