Hace unas semanas, y tras varios meses de rumores y especulaciones, por fin Sony decidió levantar el telón y anunciar su PlayStation Neo, una versión más poderosa de la PlayStation 4. Lo dijeron antes del E3, especificando que no sería presentada en la convención, como así sucedió. Tampoco se habló de fechas de lanzamiento, aunque se especula tanto que esta nueva consola se verá a lo largo de este año como que no saldrá a la luz hasta, por lo menos, 2017.

¿He dicho «nueva consola»? Esto es cierto a medias, pues aunque se trata de una versión con mejores características y especificaciones, en realidad no llega a tanto, tal y como se ha preocupado de explicar Shuhei Yoshida, presidente de los Worldwide Studios de Sony. Y es que entre los aficionados había surgido una inquietud: que la Neo fuese en realidad un nuevo modelo, una consola completamente nueva que dejase obsoleto al modelo anterior. De ahí que Yoshida haya tenido que salir a declarar que la nueva PS4 «sigue siendo una PS4, de manera que el ciclo de vida no va a acortarse».

Resulta lógico que Yoshida haya salido al paso de las preocupaciones de los usuarios. Frente a Sony y su Neo, está pisando fuerte Microsoft con una propuesta que va en el mismo sentido que ellos: el Proyecto Scorpio. No está claro si este fue una reacción a los rumores de la PlayStation Neo o a la inversa, a pesar de que Sony se pronunció antes. Lo cierto es que los de Redmond se adelantaron a los japoneses con un anuncio más formal en pleno E3, aunque casi igual de vago en materia de especificaciones. Pero esto puede verse como pequeños empujones dentro de la carrera por ofrecer la consola más potente del mercado.

En lo referente a ventas, mientras que ambas compañías son líderes en la generación actual, Sony le lleva la delantera a Microsoft con una diferencia un tanto abultada, como se puede ver en las cifras que se han reportado. Hasta mayo de este año, la PS4 había vendido 40 millones de unidades, la Xbox One «solo» vendió menos de 20 millones a fecha de enero, mes en el cual Sony ya llevaba 36 millones. Si bien las cifras y los meses no dejan ver el panorama con más detalle, algo indudable es que Microsoft debe ponerle solución a una diferencia que se aprecia con claridad.

Lo que parece incuestionable es que estamos ante un año que va a ser movido en lo que nos queda de él. Ambas compañías están acelerando su ritmo en la carrera de las consolas y su guerra por ofrecer la mayor potencia a los usuarios terminará, como suele ocurrir cuando la competencia es bien llevada, redundando en favor de estos. Ahora bien, esperemos tan solo que las expectativas que están despertando tanto Sony como Microsoft no se vean defraudadas en su afán de llegar el primero a la línea de meta. Se ha visto en otros casos y tampoco sería sorprendente. Así que, por el momento, toca esperar y ver cómo se van desarrollando los acontecimientos.