Dice el refrán que «A perro flaco, todo son pulgas» y al ritmo que va Yahoo, esta compañía va a convertirse en su vivo ejemplo, si es que ya no lo es. Primero tenemos su puesta en venta y su adquisición, todavía no cerrada, que resulta irrisoria para lo que la compañía llegó a ser en su momento. Luego está el asunto de la filtración de los datos de más de 500 millones de cuentas que además provocó que su comprador pidiese un descuento de mil millones. Y si no fuese suficiente, hace unos días su CEO, Marissa Mayer, ha sido demandada por discriminación de género en contra de trabajadores masculinos.

La demanda fue presentada por Scott Ard, que dejó de trabajar en Yahoo en enero de 2015 tras un periodo de tres años y medio en la empresa. En ella, Ard mantiene que Mayer alentó y fomentó el uso de un sistema de calificación del rendimiento de los empleados para «dar cabida a sesgos subjetivos y opiniones personales de gestión en detrimento de trabajadores de sexo masculino de Yahoo». También afirma que la empresa despidió de manera ilegal a grandes cantidades de empleados tomando como base ese sistema que Mayer habría impuesto, aunque esto último no lo relaciona con la discriminación.

Además de Mayer, Ard dirige su dedo acusador a otras dos ejecutivas de Yahoo: Kathy Savitt, ex directora de marketing, y Megan Liberman, editora en jefe de Yahoo News.

Según se especifica en la demanda, cuando Savitt entró a Yahoo, el porcentaje de altos directivos mujeres bajo su mando era de un 20%. Un año y medio después, este porcentaje había aumentado hasta un 80%. «Savitt ha expresado públicamente su apoyo al incremento del número de mujeres en los medios de comunicación y ha contratado y promovido intencionadamente mujeres debido a su sexo, mientras que degradaba o despedía a los empleados varones debido a su sexo».

La demanda sostiene que Ard fue víctima de esta discriminación. Hasta la llegada de Savitt y Liberman, él sostiene que su trabajo había sido señalado como «plenamente satisfactorio». Algo menos de un año después, la situación había cambiado y fue despedido porque ahora su desempeño no era satisfactorio.

Aunque Yahoo no se ha pronunciado acerca de estas acusaciones de discriminación específicamente, sí lo ha hecho defendiendo su sistema de evaluación.

Carolyn Clark, portavoz de la compañía, dijo al respecto que «Nuestro proceso de evaluación de desempeño se ha desarrollado para permitir a los empleados en todos los niveles de la empresa recibir una retroalimentación significativa, regular y procesable de parte de otros». Añadió también que su sistema «también permite que los trabajadores con un alto rendimiento participen en oportunidades cada vez mayores en nuestra empresa y que los de bajo rendimiento hagan la transición hacia afuera».

No es la primera vez que Yahoo es acusada tanto de hacer uso de un sistema de calificación injusto como de discriminación por género. En abril de este año, otro exempleado presentó una demanda muy similar a la de Ard en la que expresaba prácticamente lo mismo que este último.

Habrá que ver que recorrido judicial tienen estas demandas y en qué concluyen. Lo cierto es que llegan en un momento muy delicado para Yahoo y para su CEO por extensión, que ha visto cuestionada su capacidad para administrar un negocio del calibre de la emblemática compañía, en la cual, por cierto, entró para evitar que ocurriese algo como lo que ha terminado ocurriendo.

Imagen: TechCrunch