Con tanta información circulando por la red y con cada vez más productos digitales a nuestro alcance, tener un disco duro externo a mano se ha convertido en algo prácticamente imprescindible. Y eso sin contar la función más importante a la que están destinados: los respaldos de información.

Existen muchos modelos de muchas marcas en el mercado, y cada vez a precios más accesibles y con mayor capacidad. Eso quiere decir que contamos con muchas opciones. Es por ello que queremos contarte qué es en lo que te tienes que fijar para hacer la elección más adecuada de acuerdo a tu necesidades y posibilidades.

¿Necesitas de verdad un disco duro «físico»?

Imac con una nube

Si nos ponemos muy literales, lo cierto es que todos los discos duros son físicos aunque nos conectemos a ellos a través de Internet, pero aquí nos estamos refiriendo a una unidad de disco que esté a nuestro lado en contraposición a un servicio en la nube.

Considerar la utilización de un servicio de almacenamiento en la nube es algo que debemos hacer antes de comprarnos un disco externo. Porque quizá recurrir a la nube nos resulte más práctico según nuestras necesidades y perfil de uso. Hoy día, los precios han bajado en general y hay opciones para todos los bolsillos. Por ejemplo, Microsoft nos da en OneDrive 50 GB por 2 dólares mensuales, 1 TB y Office 365 premium por 7 dólares mensuales y 5 TB (y también Office 365) por 10 dólares al mes.

La principal ventaja de la nube es que tendrás acceso a tus archivos desde cualquier sitio que estés siempre y cuando estés conectado a Internet. Además, casi todos los servicios cuentan con sincronización automática de manera que no tienes que preocuparte de que actualizar la versión del archivo que acabas de modificar, sino que él se actualiza solo. Y en el tema precio, hay opciones que permiten ir incrementando el tamaño en función de lo que necesitemos, así que solo pagaremos por más espacio cuando debamos hacerlo.

Sin embargo, la desventaja es que siempre dependerás de tener una conexión decente para poder acceder a los archivos y, en el caso de los de gran tamaño, abrirlos puede ser un dolor de cabeza. Y claro, está el tema del pago: por un disco «físico» pagas una vez y ya está; por la nube, tienes que pagar menos pero hacerlo todos los meses.

HDD o SSD y los tres factores a tener en cuenta

Hard drive

Muy bien: has decidido al final comprar un disco «físico». ¿De qué tipo? ¿HDD o SSD

Explicándolo de manera sencilla, el HDD es un disco duro que dentro tiene eso, un disco magnético y piezas mecánicas para leer y escribir la información. Los SSD es almacenamiento flash, como el de las memorias USB, y no tiene partes móviles en su interior.

Debido a sus características, los SSD son más seguros, tienden a fallar menos (por no contar con un motor mecánico), son más rápidos y consumen menos energía. Por lo tanto, serían la elección ideal, ¿verdad? Pero el problema está en el precio y en el espacio: todavía son más caros que los HDD y el espacio que ofrecen los más asequibles no es mucho sobre todo en relación al precio.

Por lo tanto, seguramente a la hora de elegir entre los dos será el dinero del que dispongamos el que tenga el voto decisivo.

Al margen esto, hay tres factores más a tener en cuenta y que pueden marcar una diferencia de precio entre las diferentes opciones: la velocidad, la seguridad y la durabilidad.

La velocidad no solo se refiere al tipo de conector que se usa (USB 2, USB 3, eSATA), sino también a la velocidad de rotación en el caso de los discos duros mecánicos. En los más baratos, esta suele ser de 5200 rpm, mientras que los modelos caros suelen tener 7200 rpm. Conector y velocidad de rotación determinarán cuánto tardas en abrir los archivos desde el disco y en copiarlos desde o hacia él. En el caso de los SSD, lógicamente no se ven afectados por la velocidad de rotación y la rapidez en la transmisión de datos vendrá determinada por la tecnología que emplea cada modelo.

La seguridad también puede ser un factor determinante para el precio, pues algunos modelos incorporan medidas adicionales como cifrado, suites de software y cosas similares. Si tienes los conocimientos suficientes, es posible que te baste con lo que existe disponible en Internet de manera gratuita y por lo tanto te resulte conveniente recurrir a opciones que brinden simplemente almacenamiento, que ya te encargarás tú de protegerlo.

Y por último, en lo que se refiere a durabilidad, esto puede alterar el precio de un disco si cuenta con un diseño robusto elaborado con materiales duraderos, mejorando así la protección física con que cuenta. Este factor es importante sobre todo si piensas moverlo de un lado para otro constantemente, pero tampoco es desdeñable si lo piensas tener en un cajón: al fin y al cabo, no sería la primera vez que un disco duro termina muriendo por culpa de no tener cuidado en una simple mudanza.

Teniendo todo esto en mente, dirígete entonces a tu tienda de electrónica favorita y tómate tu tiempo para elegir el disco que adquieres. Piensa que será una compra a la que le sacarás mucho partido, por lo que un poco de reflexión para elegir la mejor opción se hace necesario.