parte inferior del Iphone 8

Cuando Apple lanza un nuevo teléfono, suelen ocurren con frecuencia tres cosas: un gran impacto mediático, una subida en bolsa de la compañía y largas filas el día en que el terminal está disponible. En esta ocasión, dos de ellas no han ocurrido.

Empecemos por la bolsa, donde los nuevos iPhone no es que no despertaran muchas expectativas, sino que podría decirse que decepcionaron. O al menos eso parece si atendemos al hecho de que fue la peor semana de lanzamientos de productos iPhone en términos de valoración de las acciones.

Según MarketWatch, desde la keynote del 12 de septiembre, las acciones de Apple bajaron un 6%, dando en total un descenso del 7,4% para todo el mes. No se había experimentado una caída similar desde 2013, cuando los iPhone 5c y 5s salieron al mercado.

Pero que los mercados no hayan visto el valor de los nuevos equipos no quiere decir que los fieles clientes de Apple tampoco no lo hayan hecho, ¿verdad? Pues parece ser que tampoco entre ellos parece que se hayan despertado muchas pasiones. Al menos, por el iPhone 8.

En contraste a lo sucedido tras lanzamientos anteriores, en esta ocasión las Apple Stores no han visto cómo se formaban colas interminables a partir de sus puertas. De hecho, en Reuters contaban que en una de las principales tiendas, la de San Francisco, hubo menos de 80 personas esperando para hacerse con el nuevo dispositivo. Y de ellas, muchos a por lo que iban era a por el Series 3 del Apple Watch. En otras ocasiones, las filas de esta tienda llegaban a extenderse por varias cuadras.

¿Un fracaso de Apple? No tan rápido

¿Significa esto que Apple se ha estrellado con este lanzamiento? Pues no. Al menos, no del todo. Lo que por el momento se puede elucubrar es que el iPhone 8 no es el nuevo objeto de deseo de los fanáticos de la manzana. Ese lo es el iPhone X.

Como algunos analistas habían sostenido, es posible que el iPhone X termine comiéndose las ventas del iPhone 8. Y esto no es solo debido a la potencia superior del «hermano mayor», sino a la llegada de los usuarios que siguen un ciclo largo de actualización.

No todo el mundo se compra todos los iPhones que salen. Existe un grupo de usuarios, que se considera que podría ser bastante grande, que deja pasar bastante tiempo entre renovaciones. Se estima que en esta ocasión el número de personas es mayor que el habitual y serían estos los que estarían pensando que, ya que hay que cambiar de teléfono, mejor apostar por la versión más cara. Al fin y al cabo, no va a repetir la inversión hasta después de varios años.

Habrá que esperar hasta noviembre para comprobar si esto es así o, por lo contrario, Apple ha cometido su peor desliz hasta el momento. Esto último se ve poco probable y, aunque tampoco es previsible que las filas sean más largas entonces que ahora (al fin y al cabo, el teléfono es bastante caro), es de preveer que los números de Apple crecerán especialmente tras la campaña de navidad, que será cuando el X seguro que se va a convertir en uno de los regalos preferidos en todo el mundo.