Nadie quiere a Twitter. Si hace unas semanas parecía haber compradores de la empresa hasta debajo de las piedras, ahora el panorama se ha convertido en un desierto. Entonces, la venta parecía que iba a cerrarse en menos de un mes; ahora parece que no va a darse en ningún momento o, al menos, no en el corto plazo.

Durante ese breve periodo de tiempo en el que la compra parecía inminente, la lista de interesados incluía nombres muy relevantes. Estaba Microsoft, estaba Goggle, estaba Disney, estaba Salesforce. Poco a poco, todos se fueron descartando. El último en irse fue Salesforce, que le dijo al Financial Times que esa adquisición no «encajaría adecuadamente» con los intereses de su compañía.

La pregunta que surge después de esto es una muy clara para todos aquellos interesados en el futuro del servicio: ¿y ahora?

¿Un problema de odio? Tal vez no es solo eso

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Parece ser que Jack Dorsey se ha mostrado confiado en el futuro de la compañía. Deshacerse de los rumores de venta le parece algo positivo pues permitirá a la empresa enfocarse en los planes que tienen trazados. Sin embargo, no sé yo que satisfactoria resultará para los inversores esta confianza, dado que cuando se hablaba de venta, las acciones subían, pero han bajado cuando se desveló que nadie quiere comprar.

Pero la primera pregunta que cabe hacerse es por qué nadie quiere comprar Twitter. Hay muchas especulaciones sobre este tema, y unas cuantas apuntan al problema de odio que tiene la plataforma: Twitter se ha creado la fama de que es un sitio donde sale gratis acosar, difamar, amenazar e insultar. Total, si tu cuenta es cerrada por esto, no es difícil abrirse otra si todo lo que se busca es agredir a alguien públicamente.

Este es un problema complejo que desde Twitter dijeron hace tiempo que iban a afrontar, aunque no parece que hayan encontrado soluciones efectivas hasta el momento. Y esto está teniendo consecuencias. Según dijeron en la CNBC, muchos de los potenciales compradores «están mirando a la gente con muchos seguidores y viendo el odio». Y claro, nadie quiere vincularse con un sitio donde se exhiben este tipo de comportamientos.

Ahora bien, según lo veo yo, esto suena más bien a excusa. Twitter tiene problemas con este tema del acoso y los insultos, es cierto, pero también es verdad que se han sobredimensionado, sobre todo si los ponemos en relación con otros lugares. Por desgracia, estos comportamientos existen en todos los sitios de la red. Si no, miremos a los comentarios de YouTube, también famosos por cosas similares. Google ni siquiera ha dicho que vaya a emprender una cruzada contra ellos y nadie los ha juzgado de la misma forma que se hace con Twitter.

Nadie sabe nada

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Al final, todo reside en que nadie sabe cómo sacarle partido a Twitter. Nadie sabe cómo monetizarlo adecuadamente y que rinda beneficios al tiempo que continúa creciendo. Creo que todo el mundo pensó que el servicio tenía el mismo potencial que Facebook pero nadie sabía cómo conseguir que lo desarrollara.

Twitter es doblemente víctima de su incapacidad de sacar adelante su propuesta. Por un lado, es obvio que sean ellos los primeros perjudicados por no conseguir encontrar un modelo de negocio estable, aunque más bien diría que el problema fue la irresponsabilidad que exhibieron al mostrarse excesivamente optimistas e inflar las expectativas.

Por otro, no ser capaces de cumplir sus propias proyecciones ocasiona que se propague una sensación de que si ellos no han podido sacarlo adelante, y son quienes mejor conocen su producto, ¿qué van a poder hacer otros, por muchos recursos que tengan? Seguro que algo así también ha pasado por la cabeza de los compradores que terminaron echándose atrás.

Que nadie quiera hacerse con Twitter provocó que las acciones de la compañía descendiesen. Y eso es algo que parece que va a continuar a menos que no solo se produzca un cambio en el servicio, sino que además este cambio sea verdaderamente relevante

¿Qué necesita Twitter?

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No soy quién para decir exactamente qué es lo que Twitter tiene que hacer para enderezar su rumbo. Pero hay algo que sí resulta claro para cualquiera que mire la situación con cierta distancia: Twitter tiene que ser valiente.

Ya no es suficiente con lo que han estado haciendo hasta ahora. Tienen que dar un golpe de timón todavía que están a tiempo. Si lo dejan para más adelante, será muy tarde y caerán en la irrelevancia. Tienen que dejar de ser tan conservadores y dar pasos hacia delante sin perder su identidad, la cual reside en los 140 caracteres de límite y en el tiempo real. Sobre eso, se puede construir mucho, pero implica una renovación casi total, dejando de acumular funcionalidades que se van poniendo una sobre otra a manera de parches.

Pero cualquier cosa que hagan pasa por pensar más en el usuario de lo que lo han hecho hasta ahora. De un tiempo a esta parte pareciese que en Twitter se preocupasen más de las empresas que pagan que del producto que venden: nosotros, nuestra atención, nuestro uso del servicio. Las novedades que introducen parecieran beneficiar al usuario común tan solo de manera colateral, casi por accidente: no es en él en quien se piensa cuando se implementan. Eso es algo que puedes hacer una vez, pero si lo haces siempre, se termina haciendo evidente para todo el mundo y contribuye a hacer de Twitter un sitio en el que sientes que no se te quiere, que no eres importante, que eres una consecuencia con la que hay que convivir.

Primero deberían empezar por poner orden en su casa y ajustar sus proyecciones y expectativas. Luego, mejorar cosas prestando atención a lo que los usuarios demandan, como la posibilidad de editar tuits. Tampoco estaría de más mejorar los tiempos de despliegue de nuevas funcionalidades, cesar en vanos intentos de perjudicar a una competencia que les ha sobrepasado (¿de verdad piensan que la falta de previsualización de publicaciones en Facebook e Instagram sirve de algo?) o acordarse un poco de Tweetdeck. Y a partir de ahí, enfrentar el rediseño que necesita como el agua para verse más moderno. Hecho todo esto, estoy seguro que cualesquiera que sean los planes que tenga Dorsey, serán tomados más en serio por todo el mundo, tanto usuarios como inversionistas. A lo mejor entonces aparecen más compradores, pero entonces quizá no los necesiten.

Imagen de cabecera: MatthewKeys