Aunque no se pueda decir que esté en apuros, lo cierto es que parece que Twitter tampoco se encuentra en su mejor momento. La mejor palabra para definir su situación actual es «estancamiento». Y esto parece que no le está gustando a sus accionistas, especialmente a una que ha decidido demandar a la compañía por «declaraciones materialmente falsas y engañosas» respecto a sus previsiones de crecimiento.

Doris Shenwick, que es el nombre de la demandante, afirma que el anterior CEO de Twitter, Dick Costolo, y el actual director financiero, Anthony Noto, hicieron declaraciones falsas a finales de 2014 que condujeron a que los precios de las acciones se inflasen de manera artificial. Las declaraciones a las que hace referencia la demanda son unas en las decían tener previsiones de un crecimiento en número de usuarios que les permitiría alcanzar los 550 millones en el corto plazo y los 1000 millones en el largo.

A nivel legal, no está claro que la demanda vaya a prosperar. Sin embargo, parece que se está intentando darle más potencia ya que la firma que representa a Shenwick está buscando que accionistas que compraron sus participaciones entre principios de febrero y finales de julio de 2015 se sumen a ella.

Dejando aparte el aspecto legal, que sin duda es importante, lo cierto es que Shenwick no deja de tener razón en que las previsiones pecaron de excesivamente optimistas, aunque no sé si hasta el grado de calificarlas como «falsas y engañosas». Durante el último trimestre de 2014, Twitter tan solo consiguió crecer en 4 millones de usuarios activos, mientras que en los trimestres anteriores había estado subiendo en cada uno un promedio de 14 millones. Desde el servicio de microblogging afirmaron que se recuperarían esos niveles previos de crecimiento, pero eso no sucedió ni de lejos: en el primer trimestre de 2015 sí lograron crecer de nuevo en 14 millones, pero durante el segundo tan solo subieron en 2 millones y desde entonces el crecimiento ha sido pobre e irregular. Esto, como es lógico, ha afectado al precio de las acciones: desde que hablaron de esa recuperación frustrada hasta ahora, el precio ha caído en más de un 60%.

No hay marcha atrás… pero tampoco adelante

En espera de los números que ofrezcan los resultados del tercer trimestre de este año, los del segundo trimestre nos dicen que Twitter cuenta en la actualidad con 313 millones de usuarios activos según datos consultados en Statista. Desde aquel primer trimestre de 2015, el mayor crecimiento que ha observado el servicio ha sido de 5 millones en el primer trimestre de este año… tras una pérdida de dos millones en el anterior. Dado que lo que antes le costaba a Twitter un trimestre en conseguir, ahora le cuesta seis (siendo generosos), no hay duda de que, como dije al inicio, la palabra «estancamiento» es la que mejor define su situación actual.

Lejos parecen quedar ahora esos 550 millones de usuarios que prometieron alcanzar hace casi dos años en un supuesto corto plazo que ya se habría cumplido. Y ni hablar de los mil millones: a día de hoy, parecen inalcanzables.

En los últimos tiempos, para tratar de romper esta tendencia, Twitter ha realizado una serie de movimientos que no parecen haber tenido mucho impacto de clase alguna. Tampoco a nivel mediático, que algo que suele ayudar bastante en estas situaciones. De cara al usuario, lo más relevante ha sido lo que hizo este 19 de septiembre: dejar de computar respecto al límite de 140 caracteres las imágenes, los handles (@usuario) y los enlaces. Y a pesar de que fue una noticia que tuvo una amplia difusión, lo cierto es que también se recibió con igual frialdad. Para muchos, entre los que me cuento, esto se consideró como una característica que llega muy tarde: debería haberse implementado ya no desde hace meses, sino desde hace años.

Estando así las cosas, que una accionista decida demandar al servicio ya no es que suene lógico, sino que hasta parece estar justificado. Otra cosa es que tenga el suficiente asidero legal como para seguir adelante, que en eso no me meto. Pero desde luego, esta demanda no parece ni mucho menos descabellada. Y como desde Twitter no empiecen a reaccionar como es debido, tampoco será descabellado que termine prosperando al unirse otros muchos accionistas más.