Lo que ocurre entre los dispositivos móviles hoy en día es algo bastante parecido a lo que ocurre con las películas: cuando se despiertan demasiadas expectativas, estas se convierten en inalcanzables y el producto termina por decepcionar. Sí, es un problema de marketing, no hay duda de ello. Y a esto contribuye una práctica que se ha extendido demasiado últimamente: el tiempo que pasa entre que los dispositivos son anunciados y su lanzamiento.

La tendencia actual por parte de toda clase de marcas es presentar modelos nuevos que no serán puestos a la venta hasta unos tres meses después. Y esto, que al principio era una gran estrategia para aprovechar las expectativas que se despertaban entre los usuarios, actualmente se está volviendo en contra de las compañías. Al no tener nada más que las especificaciones oficiales, una vez que se da la noticia del lanzamiento, no hay nueva información que pueda mantener vivo el interés en un teléfono, no hay nada acerca de lo que pueda hablar la gente.

Todas las empresas están cayendo en esto, como señalan en un detallado artículo en XDA, repasando algunos de los errores cometidos por varias marcas de renombre. Uno de los perjudicados por esta estrategia que se está revelando fallida fue Lenovo con su serie Moto Z, que se anunció en junio de 2016 y no se empezó a vender al gran público hasta septiembre. El resultado fue que un modelo que conjugaba grandes características con un precio atractivo vendió apenas un millón de unidades a nivel global, las cuales además fueron a lo largo de tres modelos separados que apuntaban a diferentes rangos de precio.

HTC también cayó en esto, con una demora de dos meses entre lanzamiento y venta. Y en su caso fue peor, pues anunciaron su U Ultra, que usaba el procesador Qualcomm Snapdragon 821, justo después del anuncio del Snapdragon 835. ¿A quién le va a interesar entonces un teléfono que, cuando salga, ya va a estar anticuado? Y eso, hablando de comprarlo, que si solo nos referimos a hablar de él…

Y es que es algo en lo que incluso las más grandes están cayendo, como Sony, en cuyo caso también se han mezclado decisiones como poco extrañas. La multinacional japonesa anunció que el XZ Premium saldría a finales de la primavera, lo que significa que lo más pronto sería mayo. El anuncio se hizo en febrero, por lo que cuando alguien lo tenga en la mano ya todo el mundo se habrá olvidado de él. Pero es que además el nombre parece pensado para generar confusión, pues se parece mucho al del dispositivo del año anterior, el Xperia XZ.

Es necesario convertir los temores en ventajas

Como señala el autor del artículo en XDA, Steven Zimmerman, lo que quieren los analistas y conocedores del mundo móvil es tener cuanto antes los terminales al alcance y así examinarlos y hacer reseñas del rendimiento en entorno real, no conformarse con discursos de ventas.

Como señala, aunque un tiempo más corto entre el anuncio y la disponibilidad del dispositivo puede contribuir a aumentar el número de filtraciones de información, estas ya se están viendo igualmente entre los principales productos de grandes compañías. De hecho, son algo que puede contribuir a favor de la marca, ya que el consumidor medio no les presta atención pero sí sirven para mantener viva la expectativa del teléfono e incrementarla hasta llegar al anuncio del producto real.

Es el momento después del anuncio del producto lo que mata todos los esfuerzos que ha hecho la compañía para promocionarlo. El mes, o los dos e  incluso tres meses en los que no hay ninguna información nueva y el producto no está disponible es lo que hace que la gente se olvide de él. Ese lapso de tiempo hace que un dispositivo parezca viejo cuando se pone a la venta, y hay poco que dañe más las ventas de un dispositivo lanzado anualmente que el que la gente piense es un modelo desactualizado.

Las compañías deberían de darse cuenta a estas alturas del perjuicio que les están ocasionando estas prácticas y acabar con ellas de una vez por todas. Cuando algo termina siendo aplicado por todo el mundo, se vuelve una costumbre y no sorprende, y lo que necesitan hoy en día las empresas es sorprender. Esperemos que pronto recapaciten y reduzcan los tiempos entre presentaciones y ventas, especialmente las grandes firmas porque ellas suelen ser las más llaman la atención y sientan precedentes. Si no, lo que está claro es que los perjudicados no solo seremos los usuarios, sino sobre todo los fabricantes y todo el ecosistema móvil.