Cómo Apple hacía más lentos tus iPhone antiguos a propósito

Primero comenzó, seguramente, como una simple apreciación que se compartía ocasionalmente por redes sociales. Luego fue ascendiendo hasta llegar a categoría de rumor y finalmente la propia compañía lo confirmó: Apple ralentiza los iPhone más antiguos por medio de sus actualizaciones del sistema operativo.

Lo viene haciendo al parecer desde el año pasado, haciendo que los teléfonos más viejos tengan un peor desempeño. Sin embargo, no lo ha revelado hasta hace poco, a mediados de diciembre, después de que se difundieron desde GeekBench gráficos a partir de datos que mostraban como los iPhones antiguos no se desempeñaban con la misma rapidez que cuando se lanzaron.

La explicación de Apple fue que no se trata de un bug, sino de una feature. Esto fue lo que les dijeron a la gente de Business Insider:

«Nuestro objetivo es ofrecer la mejor experiencia a los clientes, lo que incluye el rendimiento general y la prolongación de la vida útil de sus dispositivos. Las baterías de iones de litio se vuelven menos capaces de satisfacer las demandas de corriente pico cuando, en condiciones de frío, tienen una carga baja de la batería o cuando envejecen con el paso del tiempo, lo que puede ocasionar que el dispositivo se apague inesperadamente para proteger sus componentes electrónicos.

El año pasado lanzamos una función para iPhone 6, iPhone 6S y iPhone SE para suavizar los picos instantáneos sólo cuando sea necesario para evitar que el dispositivo se apague inesperadamente durante estas condiciones. Ahora hemos ampliado esta función a iPhone 7 con iOS 11.2, y planeamos añadir soporte para otros productos en el futuro».

En resumidas cuentas: que es una funcionalidad para evitar que los teléfonos se apaguen repentinamente cuando ya tienen un cierto tiempo de uso.

Suena muy loable, ¿verdad? E incluso podemos asumir que lo han hecho con la mejor intención. Pero, por otra parte, resulta normal que haya despertado la desconfianza de muchos pues es una característica que, de paso, sirve para motivar a que sus usuarios se compren modelos más nuevos. Al fin y al cabo, los de Cupertino tienen un incentivo para hacer algo así: el iPhone es el principal producto de la compañía.

Sí, suena conspiranoico. Pero la manera en que Apple ha manejado esta situación no ha sido precisamente la mejor, pues con su actuar ha alentado (y alienta) acogerse al refrán de «piensa mal y acertarás».

Un grave error de relaciones públicas

No es la primera vez que Apple se esfuerza por los que los dispositivos más antiguos se vean «artificialmente» más inferiores que los nuevos. El iPhone 4, por ejemplo, era perfectamente capaz de ejecutar Siri, pero Apple reservó esa característica para el modelo que lo sustituyó, el iPhone 4s. Del mismo modo, la cámara en el iPhone 3G era capaz de grabar vídeo, pero Apple no activó esa función y en su lugar hizo que la grabación de vídeo fuera una de las funcionalidades principales de su siguiente modelo, el iPhone 3GS.

Con estos antecedentes, desconfiar de Apple ante la manera en que maneja sus productos es posible que se convierta en la postura por defecto de muchos de sus usuarios y además les da leña a sus detractores para inflamar aún más la hoguera donde pretenden quemar a la compañía.

Sin importar los motivos reales de la empresa para disminuir el rendimiento de los iPhones antiguos, debería haber dejado claro hace mucho tiempo que lo estaba haciendo, aunque sólo fuera por cuestión de relaciones públicas. Si hubiera dicho a los usuarios lo que estaba haciendo cuando introdujo esta función de ralentización, o incluso mejor, cuando empezó a considerar seriamente la posibilidad de incorporarla en iOS, habría podido dar forma a la discusión y quizás incluso mejorar el funcionamiento de esa característica. Y en este punto, quien sabe si introducir una opción para activarla o no, de manera que cada usuario pudiese decidir si prefería usar un teléfono más rápido con menos batería o uno más lento pero con mayor duración.

Sin embargo, con su actuar lo que hace además es reforzar las tradicionales críticas que la compañía ha recibido respecto a la falta de control que tienen sus usuarios sobre sus terminales. Y va más allá, pues despierta la suspicacia y lleva a pensar que, si han ocultado esto, ¿qué más podrían estar escondiendo?