Imagínate: estás tranquilamente en tu trabajo consultando tu celular y de pronto, sin que hayas hecho algo especial ni diferente a lo que haces normalmente, el dispositivo empieza a prenderse fuego. El susto que te llevarías sería monumental, ¿verdad? Pues eso es lo que le pasó a un usuario de India con su teléfono de marca Xiaomi.

Lo que ocurrió puede verse en el vídeo de aquí abajo. ‎Ajay Raj Negi‎, el dueño del teléfono, está usando su Xiaomi Mi4i cuando debe soltarlo porque empieza a calentarse y termina estallando en llamas. Y no, no es que salga un poquito de humo, sino que el fuego incluso llega a prender en lo que parecen unos papeles que están en el panel divisor que tiene al frente.

Como se puede apreciar en la grabación, el estallido del teléfono no ha sucedido bajo condiciones especiales (como dejarlo mucho tiempo al sol), que es lo que suele provocar este tipo de casos. El único factor que podría haber influenciado en esta situación es que el celular estaba cargándose en el momento del suceso. Pero esto tampoco es que sea un comportamiento anormal, pues todos los hacemos con nuestros equipos en un momento u otro.

En cuanto al equipo en sí mismo, según cuenta ‎Ajay Raj Negi‎ en la actualización de Facebook donde publicó el vídeo, el teléfono lo había comprado hacía poco más de un año a través de un distribuidor de confianza, Flipkart, así que tampoco estamos hablando aquí de un dispositivo de segunda mano o proveniente de fuentes dudosas.

El hecho sucedió a mediados de julio. 10 días después, Xiaomi se puso en contacto con XDA developers emitiendo una declaración oficial acerca de este tema. En ella decían que «Nos tomamos en serio estas cuestiones y hemos estado investigando el asunto. Nos hemos puesto en contacto con el cliente y nos haremos con el dispositivo durante esta semana para realizar investigaciones adicionales. Mientras tanto, le hemos ofrecido un teléfono de reemplazo al cliente».

Para Xioami, esta no es la primera vez que ocurre algo similar con uno de sus productos. Pero la anterior sucedió en 2013, así que tampoco podemos acusar a la compañía de ser descuidada o de ofrecer dispositivos que se pudiesen calificar como defectuosos o hasta peligrosos.

Que un celular explote no es, por desgracia, ninguna novedad, aunque también es cierto que suele tratarse de casos aislados. Excepto en algunas ocasiones, como ha ocurrido con el caso del Samsung Galaxy Note 7 a inicios de septiembre. Pero incluso este también es algo que se sale también de lo habitual.

Por lo general, las marcas cumplen con los requisitos de seguridad necesarios. Si utilizamos los teléfonos bajo las condiciones adecuadas, casi nunca tendremos problemas de este tipo. Ahora bien, el uso incorrecto de estos dispositivos (y no me refiero a no saber usar las aplicaciones, precisamente) puede terminar provocando situaciones de peligro y nunca está de más recordarlo.

Imagen: Thomas Nilsson