Empecemos con cifras: 72 mil, 15 millones y 20 millones, todos al año. Dicho así, suena un poco desconcertante. Pero si decimos que estamos hablando de las principales cifras relacionadas con la primera fábrica ecuatoriana de fibra óptica que se inauguró recientemente, seguro que ya hemos captado tu atención.

LatamFiberHome es el nombre de esta fábrica que empezó su producción de manera oficial el pasado 16 de agosto. Su proceso de construcción ha tomado 3 años y está ubicada en la vía Durán-Tambo (Guayas). Y aquí viene la explicación de la primera cifra, pues se calcula que producirá en torno a 72 mil kilómetros de fibra al año.

Según contó su gerente general, Miguel Cadena, durante la inauguración, la empresa es fruto de la alianza entre la nacional Telconet y la china Fiberhome Technologies, siendo el 49% de los primeros y el 51% de los segundos. Por su parte, Tomislav Topic, presidente ejecutivo de Telconet, señaló que esta empresa es la más grande de América Latina.


Inauguran en Ecuador la primera fábrica de… por Teleamazonas

De los 72 mil kilómetros producidos, se estima que 20 mil serán solo para el consumo nacional y el resto irá para la exportación. De acuerdo a lo que dijo Cadena, el objetivo principal es que el país sea autosuficiente en lo que a fibra óptica se refiere. Una vez conseguido esto, todo lo que «sobre» será exportado.

Y aquí es donde entran las otras dos cifras con las que hemos iniciado esta nota. Los 15 millones (de dólares) hacen referencia a la cantidad en importaciones estimadas que nos ahorraremos como país cada año. En cuanto a los 20 millones (también de dólares), es la cifra estimada que se generará anualmente en exportaciones.

La fábrica acaba de empezar a producir y todavía es temprano para comprobar si todos estos cálculos y estimaciones enumerados por sus responsables encajan tal y como han sido expuesto. Sin embargo, que una empresa de estas características y con esta envergadura empiece a operar en el país, es una buena noticia tanto dentro del sector tecnológico como fuera de él.

Fuente: El telégrafo