El vídeo supone un gran porcentaje del tráfico de Internet en general: las 70.017 horas que se ven cada minuto en Netflix y los 4,1 millones de vídeos que se ven en YouTube, entre otras cosas, terminan ocupando el 73% del tráfico de la red (al menos, en 2016). Gran parte de este tráfico va a parar a dispositivos móviles y, según proyecciones, este crecerá todavía más en los próximos años.

Concretamente, en 2023 tres cuartas partes de todo el tráfico móvil provendrá del vídeo online según un informe elaborado por Ericsson. Hoy en día, ese tráfico en general se cifra en 14 exabytes al mes, que son los que hemos usado durante 2017 en todo el mundo. En 2023, el número se incrementará ocho veces más, llegando hasta los 110 exabytes mensuales.

Según el informe, uno de los afectados por el crecimiento del consumo de vídeo será las redes sociales. Su uso desde el móvil está creciendo también, pero no lo hace tanto como el vídeo. En 2023, para Ericsson los medios sociales representarán una proporción menor dentro del tráfico móvil, pasando desde el actual 12% al 8%.

Algunas de las consecuencias

Es fácil presumir que, a pesar de la existencia de un cierto mercado de tabletas, el dispositivo móvil preferido para consumir vídeo es el celular. Siendo así, y acostumbrándonos cada vez más a él, se puede suponer que con el tiempo los planes de datos se nos quedarán pequeños y requeriremos cada vez planes mayores.

Actualmente, los propietarios de celulares inteligentes de todo el mundo usan una media de 2,9 gigabytes de datos al mes. Esto hace que los planes más populares sean aquellos que están entre los 2 GB y los 5 GB. Pero dentro de cinco años (prácticamente), el estudio estima que el uso medio crecerá hasta los 17 GB, por lo que se hará más normal contar con planes más grandes o incluso ilimitados.

También es fácil prever que este incremento de tráfico sea aprovechado tanto por las plataformas para incrementar sus ofertas de publicidad como por las empresas, que harán uso de ellas y poniendo un mayor énfasis en este formato dentro de sus planes de marketing.

Por último, una de las consecuencias ya la estamos viendo: celulares con pantallas más grandes y de mayor calidad. Está claro que esta tendencia no se va a revertir en los próximos años, pero lo más interesante que está por ver es cómo va a evolucionar. ¿Terminaremos todos con celulares del tamaño de un Note 8? Por de pronto, parece que Apple apunta hacia allá.