Cuando pensamos en problemas que pueden ser causados por drones, lo primero que nos viene a la cabeza son los relacionados por la privacidad. Sin embargo, pueden provocar otros muchos, algunos bastante peligrosos como se ha podido ver en un caso reciente en el cual un dron ha chocado con un helicóptero.

El incidente ocurrió el 21 septiembre. Un dron DJI Phantom 4 chocó contra un helicóptero UH-60 del ejército de los Estados Unidos que transportaba a unos funcionarios a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Se podría pensar que un pequeño dron civil no tiene nada que hacer ante un helicóptero militar, pero lo cierto es que produjo daños en su rotor principal, en el marco de la ventana y en la plataforma de transmisión, según informó personal de la National Transportation Safety Board (NTSB). El aparato tuvo que aterrizar en el aeropuerto Linden, en Nueva Jersey

Parte de un dron

Gracias a los restos que se encontraron del dron (que pueden verse sobre estas líneas), pudo identificarse el modelo que impactó contra el helicóptero. Se llegó incluso a localizar a su dueño, que ha cooperado en la investigación del incidente. Por suerte, todo quedó en un susto, pero lo ocurrido pone de nuevo en la palestra el tema de la peligrosidad que pueden tener los drones domésticos o civiles para el tráfico aéreo.

Los incidentes son posibles, pero pocos se han confirmado

A medida que los cielos son surcados cada vez por más drones, las preocupaciones acerca de las posibilidades de que estos impacten con aeronaves de diferentes tipos y provoquen accidentes también se están incrementando. Y es que, aunque ya se han realizado reportes de colisiones, existe un problema: son difíciles de verificar.

Aviones privados e incluso aerolíneas han informado de miles de incidentes provocados por drones. Sin embargo, estos han sido muy difíciles de confirmar y, en muchos casos, al final han terminado resultando haber sido provocados por aves y otros objetos, como globos.

Pero al mismo tiempo, el número de drones que han sido avistados en instalaciones de tráfico aéreo ha crecido. Según la Administración Federal de Aviación, los posibles avistamientos de este tipo de máquinas han pasado de los 874 realizados entre febrero y septiembre de 2015 a los 1.274 realizados durante el mismo periodo en 2016.

Esto lleva a pensar que la posibilidad de una colisión que cause un grave accidente aéreo también se incrementa. En Estados Unidos, a la Administración Federal de Aviación le tomó años redactar las primeras normas respecto a drones, las cuales entraron en vigor hace un año. Entre ellas podemos encontrar que un dron que pese hasta 55 libras no puede estar a más de 400 pies (121 metros) del suelo, debe circular durante el día y permanecer al alcance de la vista del que lo maneja.

Actualmente, el congreso de los Estados Unidos está debatiendo en torno a una legislación que permita más usos comerciales de los drones, como realizar entregas pasando por encima de grupos de personas, circular por la noche y permitir que los drones vuelen fuera de la vista del «piloto», por así decirlo.

Incidentes como este del que hemos hablado podrían hacer que las nuevas normas no salgan adelante. Y aunque sería poner una limitación que complicaría el desarrollo de las aplicaciones de estos aparatos, lo cierto es que estaría justificada en aras de la seguridad, que al final es lo que ha de primar en estos casos.

Sin embargo, con el crecimiento que está teniendo el mercado de los drones, es de esperar que se terminen desarrollando nuevas tecnologías que aporten un mayor nivel de seguridad al manejo de estos aparatos. Como en muchas otras cuestiones, todo se trata de encontrar un equilibrio, y es de esperar que eso sea lo que se termine consiguiendo.