Will Smith es una gran estrella, más allá de que te guste o no como actor. Esto quiere decir que participa en películas de gran presupuesto que se espera que tengan un éxito comercial igual de grande. Normalmente, ese éxito proviene de las salas de cine. Pero la próxima película de Smith no será estrenada en cientos de ellas, sino en un solo sitio: Netflix.

Y es que Netflix ha decidido dar un salto de gigante lanzándose al terreno de los blockbusters, con grandes nombres y grandes presupuestos de la misma manera que irrumpió en el terreno de las series originales. De hecho, según explicó a Bloomberg un representante de la compañía, en realidad es un paso lógico que tenían que dar, siguiendo la línea que habían trazado con las series.

Cinco años atrás, todo lo que se encontraba en Netflix eran productos de otra gente, productos que debían ser licenciados, explica este representante. Luego, empezaron con las series, obteniendo un gran éxito con House Of Cards, Orange is the new black y varias de los personajes de Marvel. Por lo tanto, resulta comprensible que sus esfuerzos estén ahora dirigidos a las películas una vez que que se han consolidado en el otro área, sobre todo debido a que estas siguen siendo un tipo de contenido popular en la plataforma.

Que Netflix estrene películas de gran presupuesto en su plataforma no quiere decir que no vayan a poder verse también en salas, pero a juzgar por lo que dice el representante de la compañía, su aproximación es diferente a la que tienen los grandes estudios hoy en día: lo normal es que los estudios tengan en cuenta a los propietarios de salas de cine y que sea allí donde se lancen sus producciones de manera exclusiva durante un tiempo para que luego pasen a distribuirse también por otros soportes, incluyendo las plataformas digitales.

Pero el servicio online tiene clara su visión: «Netflix es acerca de la gente que usa Netflix. No nos importa el modelo de negocio de las salas». Son conscientes de que, aunque tengan la apertura para que sus películas se vean en cines, es muy posible que los propietarios de las salas se nieguen a exhibirlas como medida de presión.

Lo cierto es que la apuesta que están haciendo es bastante arriesgada, sobre todo tras haber hecho una inversión considerable para contar con grandes nombres como el citado Will Smith o Brad Pitt. Pero si han decidido correr este riesgo es porque tienen confianza en no estrellarse, sino en todo lo contrario. Si logran salir adelante, podría significar un movimiento disruptivo en la industria cinematográfica, pero eso es algo que no sabremos probablemente hasta el año que viene, una vez que se haya completado todo el calendario de estrenos.