Si alguna vez se te ha quebrado la pantalla del celular, sabrás lo molesto e incluso caro que puede resultar enfrentar este inconveniente. Sin embargo, a la luz de un reciente descubrimiento, es posible que dentro de no mucho todo lo que haya que hacer es tan solo presionar el teléfono para que se «cure» solo.

Sí, es posible que el negocio de la reparación de pantallas y hasta de cristales en general tenga los días contados gracias a lo que hallaron por accidente en la Universidad de Tokio al investigar nuevos tipos de adhesivos: una clase de vidrio que es capaz de reparar sus propias grietas tras ser sometido a una presión firme. Al hacerlo, los dos fragmentos se fusionan y el cristal recupera la resistencia que tenía al inicio tras un par de horas. Aquí se puede ver una muestra del trabajo:

Por el momento, esta investigación se encuentra en un estado temprano. De ahí que el cristal tenga ese color marrón o que la grieta aún permanezca visible. Pero es un paso importante en una dirección que podría modificar especialmente la industria de los teléfonos celulares.

Hay que señalar que los materiales que se «curan» automáticamente ya se han aplicado en algunos terminales, como por ejemplo en los LG G Flex y G Flex 2. La parte posterior de plástico de estos teléfonos podría autorepararse ante arañazos ligeros como los producidos por objetos como llaves (es decir, lo típico que llevamos en el bolsillo junto al celular).

A pesar de las ventajas que supone, este tipo de material no fue adoptado en general por la industria. Una de las razones pudo ser porque los fabricantes se decantaron por el metal o el vidrio en sus equipos de gama alta, algo que por otra parte también puede estar justificado por la implementación de la carga inalámbrica.

Sin embargo, un cristal que se autorepare es ya otra cosa. Resulta mucho más atractivo para la industria ya que, incluso en aquellos casos en los que no pueda usarse en la parte posterior, puede emplearse en las pantallas, las cuales siempre son una de las áreas más vulnerables.

Todavía es muy pronto como para cantar victoria, pero es posible que más de una empresa se haya fijado ya en este descubrimiento y esté pensando en invertir para acelerar su desarrollo, el cual seguro que ha de pasar por varias etapas antes de poder ser usado en celulares. Es decir, que podrían pasar años hasta que lo veamos. Aun así, se trata de un hallazgo muy prometedor.