Aunque a simple vista no podemos verlos, nuestro planeta se encuentra rodeado por cientos de satélites artificiales de todo tipo. Los propósitos de cada uno de ellos son variados: tenemos los satélites espías, que son usados por organizaciones de inteligencia; los de observación terrestre, empleados para cosas como la meteorología y cartografía; los destinados a telecomunicaciones y los astronómicos, entre otros.

David Yanofsky y Tim Fernholz, haciendo uso de los datos provistos por la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados), crearon hace ya un tiempo un gráfico interactivo que muestra el peso, la nacionalidad y la posición de más de 1.300 satélites activos. Este gráfico se va actualizando, aunque la velocidad a la que lo hace no es que sea precisamente rápida, pues los datos que se exhiben fueron actualizados por última vez el 21 de diciembre de 2015.

Sin embargo, esta herramienta resulta muy práctica para visualizar el entorno espacial de la Tierra, algo a lo que no se le puede prestar atención a pesar de la importancia que tiene. Debido a que no los vemos desde la superficie sin recurrir a telescopios, no somos conscientes de como de abarrotada está la cosa ahí fuera.

Junto a la visualización, se muestran algunos datos interesantes que nos pueden ayudar a conocer más acerca de estos aparatos que sobrevuelan nuestras cabezas a gran altura. A continuación, te dejamos algunos extractos de la información que allí se encuentra, no sin antes recomendarte una vez más que visites la visualización y aproveches las características interactivas con que cuenta.

¿Cuánto cuesta un satélite?

El coste de lanzar un satélite es por lo menos de 4.653 dólares por kilogramo. De todos los que hay en órbita, el mayor es la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), que tras años de expansión ha alcanzado nada menos que los 420 toneladas de peso. Los satélites no tripulados más pesados son los satélites espía estadounidenses, que llegan a pesar hasta 10 toneladas. Ahora bien, hoy en día la tendencia es recurrir a satélites de pequeño tamaño y muy ligeros, con un peso incluso de tan solo 1 kilo.

¿Qué tipos de satélites se ponen más en órbita actualmente?

Uno de los tipos de satélites que han abundado en la última década son aquellos destinados a la captura de imágenes. Varias empresas los han puesto en órbita con el propósito de competir con DigitalGlobe, el líder de la industria. De estas, las principales son Planet Labs, Urthecast (que también tiene cámaras en la Estación Espacial Internacional) y Skybox, que ahora es propiedad de Google.

¿Quienes son los dueños de la mayoría de satélites?

La red (o quizá constelación) de satélites comerciales más grande pertenece a la empresa Iridium Communications, que tiene en órbita 70 satélites. Le sigue Globalstar, con 46, pero, por lo visto, esta empresa está buscando convertir algunos de sus satélites de comunicaciones en equipos destinados a ofrecer Wi-Fi. En cuanto a aquellos que son usados por los gobiernos o con propósitos militares, la mayoría pertenecen a tres países: Estados Unidos, Rusia y China. El ejército de EE.UU. cuenta con 154 satélites, el ministerio de defensa ruso tiene 80 y el Ejercito Popular de Liberación chino, 52.

¿Cuánto dura un satélite?

Los satélites artificiales tienen un periodo de vida muy corto, de entre cinco y diez años. El 43% de los satélites en órbita fue lanzado tan solo en los últimos cinco años, mientras que el 67% fue lanzado desde 2010. Solo el 3% de los que están activos tienen más de 20 años.

Cuando un satélite deja de funcionar, sus operadoras deben lanzarlo hacia la atmósfera para que se destruya en la reentrada a la Tierra, ponerlo a orbitar en torno al sol o colocarlo en una órbita «de almacenamiento», lejos de las altitudes que tienen más tráficos.