Qué es el Internet de las Cosas

El Internet de las Cosas es un concepto forjado desde 1999 y que se refiere a la interconexión de objetos a través de internet con el propósito de mejorar la vida de las personas. Bajo esta óptica, se podría asegurar que, en breve, ya no existiría desabastecimiento de medicamentos o alimentos, se tendría en todo momento un control estricto de los bebés en casa, no perderíamos algún objeto con determinado valor material o sentimental, tendríamos registros de todo lo que hay y lo que falta en la cocina y muchas otras cosas vitales en nuestra vida y en el funcionamiento de las ciudades.

Dicho lo anterior, el Internet de las Cosas puede ser presentado como la solución a muchas de las problemáticas de la vida actual sin tener que hacer un esfuerzo adicional o sobrehumano, dejando que los objetos hablen e interactúen entre sí para beneficio de las personas.

Ejemplos de las cosas que pueden interactuar para ofrecer toda esta gama de ventajas hay muchos, entre otros, estarían:

  • Servicios de paquetería
  • Registros médicos (seguimiento y tratamiento)
  • Seguimiento del servicio automotriz
  • Cámaras de seguridad industrial y doméstico
  • Termostatos
  • Servicios de entretenimiento
  • Reservaciones de avión y hoteles
  • Stock comercial
  • Alimentos necesarios en el hogar

Como se puede ver, es una larga lista a la que se agregan cada vez más cosas a este concepto, las posibilidades son infinitas, así como los beneficios que ofrece. Se estima que para 2020, unos 26 mil millones de objetos con conexión a internet, estarán íntimamente interconectados con el Internet de las Cosas.

Para que todo esto sea posible, hacen faltas 3 cosas:

Dispositivos: Desde los que la persona lleva consigo (teléfonos móviles inteligentes, tabletas, vehículos, etc), hasta los objetos ‘fijos (refrigerador, despertador, cámaras de seguridad, etc).

Acceso a internet: ya sea este móvil, en casa, en las empresas o las redes gubernamentales.

Sistema de Control: proceso que interpreta los datos y los envía a través de internet o mediante una red interna (red del hogar, por ejemplo), para que se ejecute una acción y para seguir conociendo más sobre la acción que se está realizando y predecir o perfeccionar acciones futuras.

Entre los campos más interesados en utilizar el Internet de las Cosas están, entre otras:

  • El consumo masivo. Se contempla desde la salud, los alimentos y las opciones de entretenimiento masivo.
  • El ámbito empresarial. Especial interés en los sistemas de predicción, manejo de inventarios y estudios de mercado, indispensables para mejorar calidad en el servicio que se ofrece.
  • La industria de la construcción y su interacción con las instancias de gobierno ocupadas en desarrollar infraestructura.
  • La agricultura. Posibilidades reales en cuanto al manejo y almacenado de semillas, temporalidad de siembra y cosecha, abastecimiento y predicciones climatológicas.
  • El transporte. Para el perfeccionamiento de rutas, cantidad de unidades, entrega de mercancia, transportación de personas, logística y reducción de accidentes.

Como se puede observar, en la medida en que los dispositivos sean renovados en todos los ámbitos de la vida de las personas y estos estén interconectados para actuar en todos los sentidos, las posibilidades aumentan, pero también los riesgos.

Seguridad en el Internet de las cosas:

Conforme surgen más dispositivos, se ha encontrado que no todos ellos cuentan con las más altas medidas de seguridad, lo que no sólo hace vulnerables a estos objetos; sino también, al resto de dispositivos que conforman la cadena en el Internet de las Cosas. Estas lagunas de seguridad que algunos fabricantes no han podido resolver, pone en serios predicamentos a las empresas y, más importante, a las personas. Lo anterior no es motivo para dejar de usar los dispositivos y renunciar a los beneficios que genera el Internet de las Cosas, lo que sugiere, es el uso de medidas de seguridad alternativas y adicionales, para no poner en riesgo información sensible.

Muchas son las recomendaciones que se proponen para conseguir el objetivo de mantener a salvo la información más importante, entre ellas están:

  • Hacerse de toda la información técnica y de seguridad sobre cada dispositivo adquirido, así como no modificar los parámetros de seguridad que el mismo trae consigo.
  • Cambiar las contraseñas que los dispositivos tienen por defecto.
  • Habilitar en todo momento las actualizaciones (mismas que casi siempre refuerzan la seguridad y privacidad).
  • Instalar aplicaciones sólo en los sitios que el fabricante recomienda.
  • Usar una VPN para ocultar la dirección IP, sobre todo porque los equipos conectados al Internet de las Cosas son blanco perfecto para ciberdelincuentes interesados en robar datos bancarios o cuestiones más íntimas de los usuarios. El ocultamiento consiste en encriptar la información sobre la dirección desde la que se está interactuando con el Internet de las Cosas, evitando así, el robo de datos y la identificación del lugar en donde están ocurriendo dichas interacciones.