Hoy te hablamos a ti, padre o madre, que estás pensando en regalar por navidad una flamante consola. Y especialmente, lo hacemos para aquellos que no han tocado una en su vida o que, a lo sumo, no lo han vuelto a hacer desde aquellos tiempos de la Nintendo 64 o anteriores.

Porque hay algo que debes saber. Hoy en día, año 2017, ya no basta con desempacar la consola, conectarla y ponerse a jugar. No, deberás pasar por un proceso que, aunque es diferente para cada modelo, se puede describir con una sola palabra: actualización.

Sí, actualización. O mejor dicho, actualizaciones, porque pueden ser varias dependiendo de cada consola.

La primera y más importante con la que posiblemente te encuentres es la actualización de firmware. Ni que decir tiene que es indispensable hacerla, sobre todo porque estas actualizaciones no solo corrigen errores (lo cual ya las justifica) sino porque también a veces incluyen nuevas funcionalidades.

Tomando esto en cuenta, quizá lo mejor no sea que te envuelvan la consola para regalo en la tienda, sino que la envuelvas tú mismo una vez que hayas hecho la actualización a escondidas de, digamos, tus hijos. Sí, porque lo que te recomendamos es que dejes la consola preparada para jugar en el mismo momento en que ellos pongan sus manos sobre ella.

Cómo y qué actualizar

Los procesos varían un poco entre Xbox One, la PlayStation 4 y la Nintendo Switch, pero básicamente todas ellas te obligan a hacer lo mismo: descargar el software de Internet para que la consola pueda hacer prácticamente cualquier cosa, desde ejecutar los juegos hasta acceder a Netflix.

Todo se reduce a conectar la consola como si la fueras a estrenar y seguir las instrucciones de configuración. Todas están diseñadas para que el proceso sea muy sencillo. Pero, en caso de duda, aquí te dejamos las instrucciones de cada fabricante:

Instrucciones de configuración para el Nintendo Switch

Instrucciones de configuración para Microsoft Xbox One

Instrucciones de configuración para Sony PlayStation 4

Es muy posible que, en algún punto de estos pasos, debas crear un usuario aunque sea temporal. Si después quieres eliminarlo, no te preocupes que podrás hacerlo fácilmente.

Tras esta actualización, es posible que debas hacer otras más. A veces, incluso de los controles de la consola. En el caso de los controles de Xbox One anteriores a junio de 2015, deberás conectar cada controlador individualmente y actualizarlo. En los posteriores a junio de 2015, aunque también es posible que debas instalar una actualización, podrás hacerlo de manera inalámbrica. Para saber qué debes hacer concretamente, revisa las instrucciones que tiene Microsoft en su sitio web.

Y por último, llegamos al punto de los juegos. Si has comprado los juegos en formato físico, tendrás que instalar cada uno y posiblemente deberás descargar también una actualización para ellos.

¿Por qué hacer todo esto?

Como ves, no es un proceso tan sencillo, o por lo menos tan corto, como sacar la consola de la caja y enchufarla. Las consolas actuales son potentes equipos multimedia y como tales tienen más requerimientos.

Ahora bien, ¿por qué tomarte la molestia de hacer todo esto, como te decimos, antes de envolver la consola con papel regalo y ponerla bajo el árbol? Pues para que la sonrisa de tu hijo, de tu sobrino o de quien sea a quien le regales el equipo no se venga abajo. A un niño cualquiera no le importan esas cosas de la configuración, al menos en ese momento: lo que quiere es jugar. Así que, ¿por qué no facilitarle las cosas y que así el recuerdo de ese día se quede grabado gratamente en su memoria?

Eso sí: más tarde, ten con él una charla acerca de la responsabilidad que supone tener un equipo informático y de que le de el mantenimiento oportuno. Que una cosa no quita la otra.