Una nueva controversia circula por el mundo gamer, sacando a la luz todo tipo de opiniones y reflexiones. Se trata del debate acerca de si la práctica del teabagging debería ser aceptada en los torneos profesionales o, por el contrario, debería ser prohibida. Lo más curioso es que este debate comenzó a raíz de una «trolleada», pero terminó dando lugar a una discusión repleta de argumentos tanto a favor como en contra.

Por si no sabes que significa «teabagging», y antes de que corras a Google y descubras que se trata de una peculiar práctica sexual, el término se refiere a cuando un jugador se agacha de manera repetida sobre un oponente al que ya ha vencido con la intención de avergonzarlo, humillarlo y afirmar su dominio. Se trata de un acto que suele verse en muchas competiciones.

El debate surgió a partir de que el organizador de la Killer Instinct World Cup, Brandon Alexander, anunciase que esta práctica no iba a estar permitida en el evento. A partir de entonces, la discusión comenzó y se llegó a incendiar tanto que Alexander le dijo a Yahoo Esports que en realidad no se iba a prohibir, que todo había sido una provocación por su parte.

Pero eso no impidió que el tema se difundiese y muchos dieran su opinión al respecto. Para algunas personas dentro de la comunidad de los juegos de lucha, el teabagging no solo es algo que no es profesional, sino que incluso tiene un impacto negativo en la legitimización del mundillo. Es decir, que se ponen en línea de lo que argumentaba (recordemos: en broma) Alexander para tomar la supuesta decisión: la deportividad.

Sin embargo, para otros tan solo se trata de una forma de expresión que le dota de más personalidad a las competiciones. O de algo que simplemente es divertido y a lo que no hay que tomar en demasiada consideración.

En la discusión llegó a entrar incluso el diseñador de Killer Instinct, Adam “Keits” Heart, mostrándose en contra de la prohibición. Según él, el teabagging le añade un componente psicológico a este tipo de juegos competitivos: «Faltarle el respeto a tu oponente puede ser un juego psicológico. Una prohibición de burlarse elimina un aspecto humano importante».

A pesar de la broma de Brandon Alexander, las opiniones han volado de un lado para otro, y no habría que descartar que al final, lo que era tan solo una provocación termine siendo parte de las reglas oficiales. Al fin y al cabo, la edición final de las mismas de cara al próximo Killer Instinct World Cup, que se celebrará del 10 al 12 de marzo, aún no han sido publicadas. No parece muy probable que esto ocurra, pero al menos ha servido para afloren algunos argumentos que a lo mejor valdría la pena tomar en consideración de cara a mejorar la imagen de los torneos, sobre todo ahora que se están convirtiendo en un suculento mercado al que muchas empresas desean hincarle el diente.