No nos engañemos: Flash tuvo los días contados desde el momento en que Steve Jobs decidió que el iPhone no reproduciría contenido en este formato. Aquello fue como gritar el rey está desnudo y se empezó a reconocer que el formato daba más problemas que soluciones. Desde entonces, todo ha ido cuesta abajo para la tecnología propiedad (desde hace un tiempo) de Adobe. Y ahora desde Google han realizado un movimiento que podría significar su definitivo certificado de defunción. Sí, definitivo porque hasta ahora se han emitido muchos y Flash se ha resistido a corroborar lo que se decía en ellos.

¿Y que ha hecho Google? Pues lo que vendría a ser el equivalente de bloquear Flash en Chrome. Hará que su navegador prefiera HTML5 por defecto a la hora de mostrar el contenido de un sitio. Si el contenido no usa HTML5, sino que utiliza Flash, simplemente no lo mostrará automáticamente. Esto obligará al usuario a que deba habilitar el uso de Flash de manera individual para cada sitio que visite.

Al principio, la petición de permisos de reproducción aparecerán en los sitios solo la primera vez que se entre, pero después será necesario que dichos permisos se otorguen en cada sitio cada vez que se quiera acceder a contenido Flash. Es importante tener en cuenta que, aunque la implementación de esta característica ya ha comenzado, por el momento solo la verán un 1% de los usuarios de Chrome. Según han planificado desde Google, será en febrero cuando terminen de desplegarla y esté disponible para todo el mundo.

Dado que Chrome es el navegador más usado del mundo, el impacto de esta medida obligará a los pocos sitios que no han terminado de abandonar Flash a dejarlo atrás de forma definitiva. Muchos han hecho la transición implementando sistemas que usan tanto Flash como HTML5, detectando desde donde se accede para ofrecer una cosa u otra. Esta medida hará entonces que mantener este sistema sea un esfuerzo inútil, forzando la transición definitiva.

Flash es una tecnología que se ha demostrado insegura y de la que hasta su propio desarrollador, Adobe, ha renegado. Por lo tanto, debe terminar siendo erradicada por completo. La falta de soporte, o por lo menos el dificultar su uso por parte de los navegadores es un gran paso para por fin desterrar a Flash y que desaparezca de la web. Firefox también lo bloquea y Microsoft Edge hace lo mismo.

La pregunta que puede aparecer ahora es si falta mucho para que esta tecnología desaparezca, y lo cierto es que, aunque está costando, el descenso en los últimos cinco años ha sido considerable. De acuerdo los datos que se pueden ver en la gráfica superior, elaborada por Statista, el 10% de la web sigue usándolo. Según se mire, puede parecer mucho o poco. Pero aunque no se puede negar que un 10% de todos los sitios del mundo pueden verse como bastante, lo cierto es que la tendencia es clara. Y lo principal: irreversible.