Hace unas semanas, Audi anunció que va a incorporar una nueva característica en algunos de sus nuevos vehículos en Estados Unidos que habilitará la comunicación entre autos y semáforos y otras infraestructuras urbanas. Esto permitirá cosas como que los conductores puedan disponer de un temporizador que les muestre en el tablero de control el tiempo que resta para que la luz roja cambie o que el sistema les avise de que se acercan a una luz verde que está a punto de cambiar para que puedan empezar a disminuir la velocidad, todo esto entre otro tipo de información como atascos y cierres de calles y carreteras.

Según Audi de América, este sistema será implementado en los modelos Q7 y A4 fabricados después del 1 de junio de este año. En cuanto a las ciudades donde se podrá hacer uso de esta característica, Audi no ha detallado nada más allá de que serán entre cinco y siete ciudades de Estados Unidos las que contarán con ella de aquí hasta finales de año, empezando por ser implementada la primera durante ese mes.

Conocida en la industria como Vehicle-to-Infrastructure, vehículo a infraestructura, o por sus siglas V-to-I o V2I, estamos hablando aquí de una tecnología que permite que, como su nombre indica, los autos se comuniquen con la infraestructura existente. En conjunto con la de Vehicle-to-Vehicle, vehículo a vehículo (V-to-V o V2V), de la cual vimos un ejemplo al hablar del EN-V, busca reducir tanto los accidentes como el nivel de congestión vehicular en el tráfico rodado. Ambas son también requisitos para conseguir el buen funcionamiento de los vehículos autónomos.

Implementar estas tecnologías no resulta sencillo. Es necesario realizar un despliegue previo para adecuar la infraestructura existente e incorporar en ella los sistemas requeridos, además de poder contar con otra infraestructura fundamental: la de comunicaciones, que debe ser estable y segura. Para ello, las empresas que pretendan hacer uso de ellas deben cooperar de cerca con las municipalidades y las agencias de transporte.

De ahí que el despliegue de Audi pueda parecer modesto, aunque lo cierto es que, bajo el punto de mira con que lo veamos, podría ser incluso ambicioso. Los resultados que se obtengan seguro que serán observados por muchas otras empresas y también desde instancias políticas de cara a desarrollar sus propios sistemas y así empezar a recorrer el camino que podría llevar hacia ciudades con un tráfico más ordenado y fluido.