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Xiaomi es uno de los fabricantes de tecnología que más atención ha despertado en los últimos años debido a la calidad de sus productos pero, sobre todo, por el equilibrio que hay entre esta y el precio de venta al público. Y es que, como explica Lei Jun, cofundador y director ejecutivo de la compañía, la misión de esta es «construir sin descanso productos increíbles con precios honestos para permitir que todos en el mundo disfruten de una vida mejor a través de tecnología innovadora».

Así lo expresó en la carta abierta que presentó en Hong Kong el pasado 3 de mayo junto con los documentos requeridos para la oferta pública inicial de la compañía para salir a bolsa. Esta carta resulta llamativa pues, en lugar de comprometerse a incrementar su margen de beneficios, promete (sí, lo promete) que no superará el 5% anual. E incluso va más lejos, como podemos ver en esta cita extraída del texto:

«En este punto, me gustaría prometer a nuestros usuarios actuales y potenciales: a partir de 2018, el margen de beneficio neto total de los negocios de hardware de Xiaomi no superará el 5% anual. Si el margen neto supera el 5%, devolveremos el exceso a nuestros usuarios».

Pero, ¿por qué dice esto Jun? La lectura completa de la carta brinda la razón, pero en el párrafo previo al que acabamos de poner, se encuentra parte de la respuesta: «La confianza de nuestros usuarios es la base de nuestro negocio y la eficiencia es el alma. Mientras sigamos ganándonos la confianza de nuestros usuarios, nuestro negocio seguirá funcionando bien. Una empresa que es capaz de lograr una eficiencia de clase mundial tendrá la capacidad de sobrevivir a múltiples ciclos económicos, aprovechar continuamente nuevas oportunidades en la industria y mantener un excelente rendimiento operativo a largo plazo».

Y más adelante, retoma la idea: «Creemos que ofrecer una experiencia de usuario sostenida y de alta calidad es más importante que obtener beneficios de hardware de una sola vez. Centrarse en la eficiencia es más importante que los beneficios a corto plazo. Confiamos en que el mantenimiento de beneficios razonables se convertirá inevitablemente en una tendencia de la industria. Presionar ciegamente para aumentar los márgenes no será sostenible».

La eficiencia es optimizar donde se debe hacerlo

Como vemos, Jun repite varias veces la palabra «eficiencia». Pero, ¿qué significa para él y para su empresa? Lo deja claro en otra parte de la carta:

«Por ejemplo, en China, una camisa que cuesta US$15 para producir puede venderse al por menor hasta US$150. Esto es un incremento chocante de 10 veces [su valor]. Un par de zapatos puede ser incrementado de 5 a 10 veces, y una corbata puede ser incrementada en 20 veces. La lista es interminable.

»Siempre me ha resultado difícil entender por qué las empresas son tan ineficientes. ¿Por qué los usuarios tienen que soportar los costes de la ineficiencia? Los esfuerzos de reducción de costes se centran generalmente en la reducción de los costes de producción, que pueden representar sólo el 10% de los costes totales. Rara vez las empresas se centran en eliminar las ineficiencias en ventas, marketing y operaciones, que pueden representar el 90% de los costes totales».

Sin duda, es este un punto de vista bastante atrevido para los tiempos que corren. Pero hay que reconocerles que les ha funcionado desde que empezaron en 2010. Esto no quiere decir que la empresa no haya pasado por crisis. Como el mismo Jun admite, en 2016 descendieron las ventas de celulares, lo que les llevó a reforzar tres aspectos clave de su negocio: la innovación, la calidad y la gestión de la oferta. Gracias a esto, volvieron a crecer otra vez en 2017.

Los detalles de la salida a bolsa de Xiaomi no se conocen todavía, aunque se habla de que podría producirse hacia finales de junio. Y es más: se espera que sea por todo lo alto, con una recaudación de 10 mil millones de dólares. Si fuera así, se convertiría en la mayor salida desde 2014, cuando Alibaba logró 25 mil millones con la suya.

En cuanto a la valoración, se habla de que podría alcanzar una cifra de 100 mil millones de dólares, lo que la colocaría como la tercera empresa china en valor tras Tencent y Alibaba, y superando a otras compañías de la talla de Baidu y JD.

Y mira tú, todo esto anteponiendo el bolsillo del usuario, fijando el precio de sus productos «lo más cerca posible de su costo y vendiéndolos a los usuarios a través de nuevos canales minoritas online y offline altamente eficientes». Como dijo Jun, ojalá que esta tendencia se generalice entre muchas otras empresas. Aunque ya sabemos de una que es dudoso que la siga: Apple.