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Cuando llega el momento de renovar nuestra computadora, lo más habitual es que tratemos de encontrar un equipo que cuente con unas especificaciones altas que nos permitan no tener que sustituirlo al menos en varios años. Uno de los aspectos importantes a considerar siempre es el procesador. Y en la actualidad, la duda puede aparecer entre elegir el último procesador de Intel, el i7, o quedarnos con la generación anterior, el i5. ¿Amerita realmente hacer el gasto que supone o no es necesario?

En Gizmodo decidieron comprobarlo. Y aunque, como en muchos otros aspectos de la computación, la respuesta es más bien «depende», tras sus pruebas llegaron a la conclusión que la mayoría de personas puede quedarse tranquilamente con el i5: no vale la pena invertir en el i7.

El aspecto principal de la velocidad del i7 no es el la velocidad de reloj más alta (el número de gigahercios), sino su habilidad de ejecutar múltiples hilos de procesamiento de manera más eficiente. Antes, en los primeros tiempos de las computadoras personales, sí se quería acelerar un equipo se le incorporaba una CPU adicional. Los procesadores modernos de Intel tienen múltiples núcleos, los cuales son interpretados por la computadora como CPUs adicionales. Por medio de el HyperThreading, se consigue sacar partido a estos núcleos, logrando que los cálculos se realicen en paralelo en lugar de sistemáticamente, uno tras otro. El I7 fue diseñado para ser muy bueno con el HyperThreading, de forma que pueda doblar el procesamiento en paralelo que hace el i5.

Visto así, desde luego que el i7 resulta más conveniente. Pero lo que pasa es que en realidad esta capacidad del procesador solamente resulta patente cuando se están procesando grandes conjuntos de datos complejos, al que solo sucede en ciertas áreas de trabajo como el diseño en 3D, la ingeniería o el cine. El trabajo de oficina, por poner un ejemplo, no se va a ver vista afectada por el HyperThreading del i7.

En Gizmodo, han dividido el resultado de su análisis en tres partes específicas: el trabajo profesional, el trabajo regular y los juegos. Veamos lo que obtuvieron en sus pruebas y en qué consistieron estas.

El trabajo profesional

Una de las mejores formas de comprobar el rendimiento de un procesador es renderizar un archivo. Convertir archivos grandes como un proyecto de 3D o un archivo de vídeo enorme exige mucho a cualquier computadora, hasta el punto de que algunos profesionales cuentan con equipos cuyo único trabajo es renderizar.

Es aquí donde el i7 demuestra toda su potencia, especialmente si lo comparamos con el i5, que es más barato. Cuando renderizaron un objeto 3D en Blender, el i7 cumplió con la tarea 4 minutos y 39 segundos más rápido que el i5. Y al convertir un archivo de vídeo en 4K usando Handbreak, el i7 lo hizo 4 minutos y 5 segundos más rápido que el i5. Esto demuestra que para un profesional, elegir un i7 es prácticamente obligatorio.

El trabajo del día a día

Pero a menos que trabajemos en los campos mencionados, las actividades que desempeñaremos en la computadora de forma diaria no exigirán tanta capacidad de procesamiento. Por ello, en Gizmodo decidieron poner a prueba el i7 haciendo cosas tan sencillas como navegar por Internet, usar hojas de cálculos y hacer un poco de edición de fotografía.

El resultado que obtuvieron es que el i7 sí es más rápido que el i5, pero por muy poco. Para averiguar esto, emplearon una herramienta online de benchmarking, WebXPRT, que imita la navegación web cotidiana: renderiza objetos en línea, cruza datos en hojas de cálculo, altera imágenes y carga páginas web. El i7 obtuvo una puntuación de 564, mientras que el i5 tuvo una puntuación de 553, la cual estaba dentro del margen de error y venía a significar que ambos procesadores manejan estas tareas de una manera prácticamente idéntica.

También probaron a hacer conversiones de imágenes. En ellas, convirtiendo 20 archivos RAW en JPEG, el i7 tan solo fue más rápido en 3 segundos que el i5.

A la hora de jugar

Y llegamos al tema de los juegos, donde se podría pensar que, gracias a su velocidad de reloj más alta y sus capacidades superiores para la renderización, el i7 sería una mejor opción. Pero no es el caso, sobre todo si con lo que se cuenta es con una tarjeta gráfica más bien modesta, que es lo que tienen la mayoría de los jugadores.

Cuando el i7 no tiene que renderizar todos los objetos 3D del juego, sino que tiene que trasladar esta tarea a la GPU, su pretendida superioridad disminuye sustancialmente. En el benchmark de gráficos del «Civilization VI», que registra el tiempo entre fotogramas y saca un promedio, entre los dos procesadores solo mediaban 1,4 milisegundos. Lo mismo ocurrió con el benchmark de la IA del mismo juego, que indica la rapidez con que el procesador calcula las tareas establecidas por la inteligencia artificial del juego. El benchmark del juego «Rise of the Tomb Raider» promedió para el i5 18.43 fps y para el i7, 18.33 fps; es decir, una diferencia que es imperceptible para el ojo humano.

Conclusión

En base a los datos obtenidos, la conclusión resulta clara: la elección de un i7 resulta obligatorio para los que se dedican al cine, para ingenieros, arquitectos y diseñadores 3D. Pero para el resto, el i5 es más que suficiente. Las diferencias entre ambos procesadores para las tareas que desempeñamos la mayoría de nosotros son en realidad despreciables, y el i5 cumple con las necesidades de velocidad de cualquiera con total solvencia. Y por supuesto, con una inversión menor.