Como estaba previsto, Spotify ya está en bolsa. Su salida despertaba expectación por varios factores: uno, el método que han empleado; y dos, la situación actual de la industria tecnológica en general.

Y es que el escándalo de Cambridge Analytica ha provocado un buen remezón en todo el mercado. Por supuesto, la empresa más afectada ha sido Facebook, pero el castigo ha terminado afectando a otras compañías como Google, Amazon e incluso Apple.

Con este ambiente, el calendario parecía que le estaba jugando una mala pasada a Spotify. Las tecnológicas no pasan por un buen momento, y si a esto le sumamos que los números de la empresa sueca dejaban entrever un panorama poco prometedor en lo que se refiere a beneficios a futuro, el día prometía ser complicado para Daniel Ek, su director ejecutivo.

Sin embargo, cuando empezó por fin a cotizar, el gigante del streaming lo hizo a 165,90 por acción, alcanzando así una valoración en torno a los $30 mil millones. El precio de referencia fijado previamente por la compañía antes de su estreno era de $132 por acción.

A pesar de que se puede considerar como un éxito, según los especialistas la incertidumbre continuará después de la primera operación. Shawn Cruz, de TD Ameritrade, afirmó a Business Insider que «Si hay una cantidad abrumadora de presión de compra, por ejemplo, lo que se encontraría es que el mercado se balanceará ampliamente». Por lo tanto, no está todo dicho y habrá que ver cómo se desarrollan las próximas semanas y quizá hasta el primer mes para evaluar la situación.

La salida a bolsa de Spotify ha llamado especialmente la atención porque, en lugar de una oferta pública inicial a la manera tradicional, la empresa ha empleado lo que se conoce una oferta directa. Desde Business Insider lo resumen como «el equivalente a abrir una tienda y esperar que la gente se detenga». Además, la cotización directa también significa que la empresa cotizaba sin suscriptores, un precio fijo, una oferta fija de acciones o un bloqueo de los inversores existentes.

Como detalle curioso, que precisamente parece corresponderse con la incertidumbre acerca del rumbo de Spotify en bolsa, mencionar que antes de que saliese a los mercados, en Wall Street se equivocaron de bandera al colocar los colores suizos en su fachada en lugar de los suecos.

Suele ser tradición que, cuando se produce una salida a bolsa como esta, se ponga la bandera del país de la empresa en cuestión en la fachada del mercado de valores neoyorquino. La confusión es de suponer que vino porque en inglés es tan fácil de confundir el nombre de los dos países, Suecia y Suiza, como en español: en inglés son Sweden y Switzerland, y sus gentilicios son Swedish y Swiss.