En contra de lo que se prevía, finalmente el vicepresidente de Samsung, Jay Y. Lee, ha sido arrestado bajo acusaciones de soborno y otros cargos relacionados con un escándalo de corrupción que ha estremecido a Corea del Sur. Esto colocaría a la compañía coreana en una situación muy delicada, pues Lee era quien la dirigía desde que su padre, el CEO de la empresa, sufrió un infarto.

Para dilucidar en qué situación se encuentra Samsung en estos momentos, en Bloomberg hablaron con David Kirkpatrick, CEO de Techonomy, y con el escritor radicado en Corea del Sur, Geoffrey Cain. Y para este último, lo que más resalta de todo lo que ha ocurrido es que en realidad se trata de algo muy inusual: el padre de Lee estuvo involucrado en un escándalo parecido hace 10 años y nunca hubo una orden de arresto contra él. A su juicio, esto quiere decir que, ahora sí, el gobierno parece estar dispuesto a arremeter contra una de las más poderosas compañías no solo del país sino del mundo, dejando de plegarse a los deseos de los grandes negocios.

Resulta interesante ver que el precio de las acciones de Samsung no parecen haberse visto afectadas por nada de lo sucedido. Pero, a pesar de ello, para Kirkpatrick esta situación es un desafío enorme para la empresa, que todavía no termina de recuperarse del todo del problema de los teléfonos explosivos. Ahora, sin Lee, no se sabe con claridad quién está a cargo porque su padre no puede asumir su puesto. Además, todo esto podría jugar en contra de la compañía debido al sentimiento negativo que se está expandiendo globalmente en contra de los poderosos. Y claro, no hay que olvidar el juicio político a su presidenta. Es decir, que se han combinado varias cosas para formar unos tiempos un tanto turbulentos.

Pero si algo resulta llamativo en todo esto es el hecho de que el arresto haya prosperado al segundo intento. Según explica Cain, parece que esto es debido al juez que ha admitido la orden, que tiene reputación de no ponerse a favor de las empresas, al contrario que el anterior, que fue el que la rechazó. Por lo visto, es bastante común que en Corea del Sur las autoridades renuncien a presentar cargos criminales contra líderes empresariales y resulta común que enfrenten escándalos de corrupción y se les acuse de tráfico de influencias aunque al final no sufran consecuencias.

En otras empresas, que el líder fuese arrestado o que no se tuviese claro quien dirige la compañía quizás sería un problema de primer orden. Pero según explica Cain, no es así en el caso de Samsung. Él mismo ha hablado con personal de la empresa y todos han repetido de manera consistente que la ausencia del CEO no afecta de ninguna manera las actividades empresariales internas. Cuentan con muchos de los diseñadores e ingenieros más talentosos del mundo y parece que todo está organizado de tal manera que la ausencia del principal líder no represente un problema para seguir operando con normalidad.

Sin duda, la situación por la que está pasando Samsung es bastante peculiar y en ella influyen, sin duda, precisamente las peculiaridades locales. Pero eso no quiere decir que no les vaya a pasar factura. Habrá que estar atentos al desarrollo de los acontecimientos para averiguar si esto es un bache temporal o se convierte en una crisis más profunda.