No hace mucho, hablábamos de que Facebook y Amazon están creando sus propias ciudades. Y ahora, otro gran nombre en el mundo de la tecnología quiere hacer lo mismo, solo que en esta ocasión se trata de un nombre propio: Bill Gates.

Bueno, esto tan solo es un recurso estilístico, porque lo cierto es que quien va a construir esta ciudad será la empresa de inversión de Gates, Cascade Investment LLC, en conjunto con la compañía anterior dueña de la propiedad de 10 mil hectáreas que ha comprado, Belmont Partners.

La ciudad que planean construir ambas empresas es una ciudad inteligente. Su nombre será «Belmont» y será una comunidad compuesta por oficinas, tiendas, escuelas y hogares ubicada a 72 kilómetros al oeste de Phoenix (Arizona). Para su construcción, hasta el momento la firma de Gates ha comprometido 80 millones de dólares.

Según explicaron desde Belmont Partners, de las 10 mil hectáreas totales, algo más de 1.500 estarán destinadas a oficinas y comercios, mientras que 190 se dedicarán a escuelas públicas. La ciudad contará con 80 mil viviendas, lo cual significa que podría albergar a una población de 182 mil habitantes aproximadamente.

Una ciudad inteligente desde sus cimientos

El término «ciudad inteligente» es uno que resuena mucho en la actualidad e implica un proceso de transformación que deben seguir de forma paulatina las ciudades ya existentes para incorporar las características que definen el concepto. Sin embargo, la futura Belmont nacerá ya con ellas, sirviendo así como un experimento que «tiene el potencial de demostrar la viabilidad de nuevos conceptos de ciudades inteligentes y servir como un ejemplo para las ciudades a nivel nacional y mundial», según palabras de Brooks Rainwater, director del Centro de Soluciones Urbanas e Investigación Aplicada de la National League of Cities.

El desarrollo de Belmont incluirá aspectos como Internet de alta velocidad integrada ya dentro del entorno construido, tecnología de construcción de vanguardia y una infraestructura inteligente adaptada para el uso de vehículos autónomos, como semáforos que se comuniquen entre sí para minimizar la congestión del tráfico.

A pesar de ello, Rainwater declaró que se espera que la tecnología sea la «columna vertebral» de la ciudad y «no el propósito de existencia». Y eso que resaltó que Arizona es un lugar ideal para ciudades piloto y pruebas de vehículos autónomos, ya que el proyecto de la empresa de Gates se unirá las pruebas de los autos de Waymo, propiedad de Google, que se hacen en Chandler, a las afueras de Phoenix.

Contribuyendo a enfrentar los problemas del futuro

Desde que abandonó Microsoft en 2006, Bill Gates, en compañía de su esposa Melinda, se ha involucrado en muchas actividades de carácter social, ya sea contribuyendo vigorosamente a programas en busca de la eliminación de la malaria como comprometiéndose a reducir la pobreza en todo el mundo y a mejorar la educación en Estados Unidos. Todo ello canalizado a través de la fundación que lleva su nombre.

En todo este tiempo, Gates ha estado aprendiendo acerca de los factores que convierten en exitosa a una comunidad, visitando granjas y leyendo sobre las mejores maneras de reutilizar y reciclar material desechado. Como para muchos interesados en planificación urbana, ante Gates ha hecho aparición un panorama en el que las ciudades pueden apoyar a la población creciente con recursos limitados.

Según previsiones de la ONU, 2.500 millones de personas se trasladarán a ciudades en 2050. Y según algunos expertos, esta migración solo será factible si hay alojamiento, transporte y comunicación digital suficiente que pueda soportar la carga de esta movilización. Si no es así, está claro que las ciudades existentes, cuya infraestructura tiene décadas de antigüedad, verán como sus problemas se acrecientan y en algunos casos podrían llegar a colapsar.

Tanto el desarrollo de Belmont como su progreso una vez construida seguro que terminará siendo observado por muchos ojos para así aprender del ejemplo y encontrar las soluciones que permitan a futuro lidiar con el incremento de población que ahora mismo parece inevitable.

Imagen: World Economic Forum