¿Se privatizará la Estación Espacial Internacional?

La Estación Espacial Internacional es uno de los grandes logros de ingeniería de nuestro tiempo. No solo eso, sino que este centro de investigación situado en la órbita terrestre ha sido y es nuestro primer puesto de avanzada permanente en el espacio. Sin embargo, podría ser que dentro de no mucho termine pasando a manos privadas.

Según un documento obtenido por el Washington Post, la administración Trump está considerando la privatización de la Estación Espacial en lugar de desmantelarla en 2024 ya que la NASA «expandirá las alianzas internacionales y comerciales durante los próximos siete años para asegurar el acceso humano continuo y la presencia en órbita baja de la Tierra».

Aunque la Estación Espacial forma parte de una coalición internacional que también incluye a la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y la Agencia Espacial Rusa, Estados Unidos ha gastado aproximadamente 100 mil millones de dólares en su construcción y operación. Y, al parecer, la NASA actualmente carece de recursos para hacer todo lo que quiere hacer.

Así lo explicó Robert Frost, ingeniero de la división de Integración de Vehículos y Operaciones Diarias de la NASA, en una publicación en Quora:

(…) desafortunadamente no hay fondos suficientes para la exploración espacial como para operar simultáneamente múltiples programas grandes.  El programa del transbordador espacial era esencial para construir la ISS [Estación Espacial Internacional por sus siglas en inglés], pero una vez que fue montada, el programa del transbordador espacial tuvo que ser clausurado antes de que el siguiente programa (Constellation) pudiera comenzar.

El trabajo principal de la NASA es continuar extendiendo la frontera espacial. La idea es que la NASA ha dominado lo suficiente la órbita terrestre baja como para que las lecciones aprendidas permitan a las empresas comerciales operar en la órbita terrestre baja y que la NASA se traslade a la siguiente frontera.  Ya sea para establecer un punto de apoyo permanente en la Luna, para visitar y posiblemente recuperar un asteroide, o para poner seres humanos en Marte (todo lo cual son solo posibilidades) es algo que los futuros líderes políticos decidirán, pero una cosa está bastante segura: a la NASA no se le dará un presupuesto significativamente mayor para hacer tales cosas.  Eso significa que la NASA tiene que dejar de hacer algo de lo que está haciendo actualmente.

Repercusiones más allá de la ciencia

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Bajo la explicación de Frost, la única alternativa al desmantelamiento sería la privatización, algo que sería más bien como una asociación público-privada. Ahora bien, si la Estación es comercialmente viable es algo que algunos ya se están preguntando, por lo que ni siquiera esa solución es garantía de nada.

Por de pronto, según informan desde el Washington Post, desde la administración estadounidense se pretenden obtener 150 millones de dólares en el año fiscal 2019 «para permitir el desarrollo y la maduración de entidades y capacidades comerciales que asegurarán que los sucesores comerciales de la ISS (que podrían incluir elementos de la ISS) estén operativos cuando sean necesarios».

Con dos compañías (SpaceX y Orbital ATK) entregando regularmente carga a la Estación; SpaceX lanzando el Falcon Heavy exitosamente; y planes por parte de empresas como Axiom Space para construir una estación espacial comercial y Bigelow Space para construcción de nuevas estructuras que puedan aumentar el espacio en la ISS, se podría decir que la carrera espacial goza de cierto vigor en Estados Unidos. Y eso que estamos dejando a un lado el tema de Marte, que siempre termina siendo recurrente al hablar de estos asuntos.

Sin embargo, si la administración Trump opta por finalizar el financiamiento de la Estación Espacial, el frenazo podría ser considerable y más de una empresa se vería en dificultades. Además, las repercusiones tendrían muy posiblemente carácter internacional.

Más allá de la importancia a nivel científico que tiene la Estación, en todo esto hay un componente adicional que hay que mirarlo en clave política. Así se refleja en el comentario que hicieron desde TechCrunch al respecto:

«Durante el año pasado, Estados Unidos abandonó su posición de liderazgo en la escena mundial de muchas maneras. Dejamos de liderar los esfuerzos para combatir el cambio climático. Dejamos de liderar el comercio y planteamos preguntas sobre nuestro compromiso permanente con las organizaciones multilaterales y las alianzas militares. Dejamos de guiarnos por los derechos humanos y el estado de derecho. Si no continuamos financiando la Estación Espacial Internacional, Estados Unidos sacrificará su rango como líder mundial en exploración espacial e innovación espacial comercial».

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se ha sentido muy cómodo en su papel de «líder del mundo libre» en muchos campos. Es algo de lo que sus ciudadanos se sienten muy orgullosos y que mantienen como seña de identidad. Sin embargo, como hemos visto en el párrafo anterior, los movimientos de la administración Trump son contemplados por algunos como que van en detrimento de ese liderazgo y, por lo tanto, en contra de su identidad.

Desde ese punto de vista, Trump estaría haciendo lo contrario a su eslogan de campaña: «Hacer América grande otra vez». No se puede negar que algo de eso hay. Y como en muchos pasos atrás que ha dado Trump, lo malo es que los efectos no recaerán solo en su propio país, sino que también lo harán sobre el resto del mundo.

¿Terminará la Estación Espacial Internacional siendo «vendida» al mejor postor? ¿Y qué significará eso para nosotros como humanidad? Son preguntas difíciles de responder, pero es muy posible que nada bueno, especialmente para Estados Unidos.