Como todos los años, por el CES 2018 están pasando cosas muy llamativas e interesantes, y una de ellas es una tecnología que podría cambiar el rumbo del mercado de televisión y, quizá, de pantallas en general: las pantallas QLED.

En realidad, no se trata de nada nuevo. Las televisiones QLED ya aparecieron en el CES anterior también de la mano del mismo fabricante, Samsung. Sin embargo, los coreanos han desembarcado en esta ocasión con importantes mejoras sobre lo que presentaron el año pasado, aunque continúan todavía mostrando tan solo prototipos y no un producto final listo para la comercialización.

La tecnología QLED lleva ya un tiempo entre nosotros, aunque combinada con la retroiluminación LED, como en las pantallas LCD. De hecho, se puede pensar en las pantallas QLED como pantallas LCD mejoradas, consiguiendo que los colores sean extraordinariamente brillantes y muy vivos. Eso sí, sin llegar a la calidad del OLED.

Entonces, ¿por qué apostar por el QLED y no por las televisiones OLED? Pues porque, aunque estas últimas cuentan con una capacidad impresionante de mostrar negros puros en proporciones increíblemente altas de contraste (siendo muy agradables a la vista), son difíciles y costosas de fabricar. De ahí que se esté buscando mejorar la tecnología QLED para alcanzar los mismos niveles de calidad de imagen de las pantallas OLED.

Cómo está mejorando Samsung el QLED

La principal diferencia entre el QLED y el OLED es la presencia y ausencia de retroiluminación. El OLED no requiere de ella, de manera que cada píxel puede encenderse individualmente y, cuando aparece el contenido negro, el diodo tan solo permanece apagado. Así, como no hay retroiluminación en ninguna parte que se filtre, los negros se ven como «absolutos». Es por ello que se consigue esa calidad de imagen.

Teniendo esto en cuenta, se puede comprender mejor lo que está haciendo Samsung para mejorar sus televisiones QLED: recurrir a ingeniería para reducir al mínimo el escape de luz y así acercarse lo más posible a los negros que ofrece el OLED. Concretamente, esto es lo que han hecho en Corea según lo explican en CNET:

«La compañía ha rediseñado completamente el panel LCD para bloquear mejor la fuga de luz interior, un talón de Aquiles de las pantallas LCD. Utiliza lo que Samsung llama un patrón de dispersión para controlar la forma del haz y ampliar los ángulos de visión, abordando así otra debilidad del LCD. Y aprovecha la mayor ventaja de OLED (áreas negras perfectamente oscuras que crean un contraste infinito) con una retroiluminación de LEDs de atenuación local de gama completa y un «algoritmo antiflorecimiento» [antiblooming algorithm] dirigido a iluminar sólo las partes de la imagen que lo necesitan».

Al parecer, la mejora ha sido considerable pero sigue estando un tanto lejos de lo que unas televisiones QLED reales, con la tecnología perfeccionada, podrán ofrecernos quizá dentro tan solo unos pocos años.

Sobre estas televisiones, Samsung no ha dado datos acerca fechas de lanzamiento ni mucho menos precios, pero se espera que la compañía revele más información durante los próximos meses o, tal vez, semanas.