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Aún no han vuelto a su cauce las aguas que fueron revueltas por Meltdown y Spectre, pero el CES hace presencia inevitablemente en los primeros días de enero y, bueno, en Intel y AMD han debido recordar ese viejo dicho de «El espectáculo debe continuar». De ahí que hayan presentado el fruto de la alianza que anunciaron no hace mucho: la nueva familia de procesadores Intel de 8ª generación que integran una GPU de AMD.

El procesador está disponible en configuraciones core i5 y core i7 e integra una GPU AMD Radeon RX Vega M a la que se le suman 4GB de memoria HBM2 que permite obtener anchos de banda de hasta 205 GB/s. Esta nueva familia cuenta con cinco miembros, siendo 4 de ellos i7 y el quinto, i5. 2 de los i7 integran la versión GH de la Radeon RX Vega M y el resto (i5 incluido) integran la versión GL.

Según explicó el director de marketing gráfico para clientes de Intel, John Webb, el nuevo procesador equilibrará el rendimiento y la movilidad al combinar las fortalezas de sus procesadores anteriores: «La serie G reúne lo mejor de ambos mundos; lo que nos permite obtener es mucho más rendimiento en un sistema de clase más delgado y ligero, ya sea una plataforma móvil o un escritorio de pequeño formato».

Y es que precisamente es en el tamaño donde destaca esta nueva propuesta de los dos gigantes de los procesadores. En esta imagen se puede apreciar el importante ahorro de espacio que se ha conseguido a pesar de estar hablando de una tecnología realmente potente.

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En cuanto a potencia bruta, Los  i7-8809G y i7-8709G que usan la versión GH de la Radeon RX Vega M pueden llegar a 3,7 Teraflops y el resto, que usan la versión GL, pueden alcanzar los 2,6 Teraflops en operaciones de precisión simple.

Para hacernos una idea de lo que esto representa para el competidor hacia el que apuntan, en Xataka comentan que « las Radeon RX 560 para ordenadores de sobremesa llegan a los 2,6 TFLOPS, mientras que las Radeon RX 570 ofrecen hasta 5 TFLOPS en operaciones de precisión simple. Si nos fijamos en la competencia, las NVIDIA GTX 1060 llegan a los 3,8 TFLOPS en precisión simple (4,3 con overclocking)».

Como señalan en el mismo sitio, habrá que esperar a los resultados de pruebas hechas en entornos reales, pero a priori estamos hablando de unas especificaciones que resultan muy prometedoras.

Aunque por el momento no se ha dicho nada acerca de disponibilidad ni de precios, precisamente será esto último lo que terminará determinando el impacto que representará para Nvidia dentro del mercado de los equipos portátiles y compactos. Siendo este un movimiento destinado a hacerse un hueco en este territorio, es de suponer que habrán hecho los deberes bien no solo por el lado técnico sino también por el económico.

Todavía tenemos que esperar a que estos procesadores lleguen al mercado y aparezcan los primeros equipos integrándolos para elucubrar que daño pueden hacerle a Nvidia. Pero, a pesar de ello, la multinacional del procesamiento gráfico debería empezar a mover ficha porque acaba de aparecer alguien capaz de plantarle cara en un terreno de batalla que antes tenía prácticamente en su poder.