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En lo que se refiere a contenido por Internet, todos estamos ya acostumbrados al concepto de «tarifa plana»: acceso total a toda la oferta por un precio mensual constante. Y si bien en la red ha demostrado ser un modelo que funciona (si no, que se los digan a Netflix y Spotify), ¿es algo que podría replicarse con el mismo éxito en el mundo físico?

Mitch Lowe, cofundador de Netflix, cree que sí y decidió llevarlo a la práctica a través de su startup, MoviePass, ofreciendo entradas al cine en Estados Unidos prácticamente ilimitadas durante un mes a cambio de una tarifa mensual de 9,95 dólares. Es decir, que vas al cine cuando quieras presentando tu tarjeta y no necesitas pagar nada. Como Netflix, pero en físico, vamos.

La propuesta tiene sus condiciones, claro: el cine elegido debe aceptar tarjetas de crédito o de débito, solo puedes acudir una sola vez al día y no permite entrar a proyecciones en 3D o Imax. A pesar de ello, a menos que seas un cinéfilo empedernido, sirve para cubrir los hábitos de ocio de la mayoría de la gente.

MoviePass comenzó a operar en un principio en 2011 con la misma propuesta bajo el brazo pero con precios mucho más altos, ofreciendo suscripciones de diferentes tipos entre 30 y 50 dólares. Los precios fueron bajando con el tiempo, pero recientemente ha sido que se ha lanzado esta rompedora y agresiva oferta.

Ahora bien, ¿dónde está el truco? ¿Cómo ha conseguido Lowe poner su propuesta en práctica? ¿Ha conseguido convencer a todas las cadenas de cine de Estados Unidos que rebajen sus precios? No. Lo que ha hecho ha sido poner dinero sobre la mesa, porque el truco está en que MoviePass subvenciona las entradas de sus usuarios.

Tras decir esto, la siguiente pregunta que uno se hace cae por su propio peso: ¿y de dónde sale el dinero? Pues del mismo sitio de donde últimamente sale para todas las empresas de Internet, solo que ahora el origen es físico, no virtual: hablamos de los datos.

Un modelo de negocio basado en datos, como no

Al igual que muchas otras empresas, MoviePass basa su modelo de negocio en la venta de los datos del consumo que hacen sus usuarios. Estos no se obtienen solamente por la información que proviene del cine (sesión a la que se acude, película que se ve, etc.), sino también de una aplicación para Android y iOS que monitoriza parte de su actividad y hábitos.

Para poner en marcha este modelo con un precio tan agresivo, MoviePass necesitaba contar con dinero en el bolsillo. Y los consiguió gracias a la financiación por parte de Helios and Matheson Analytics Inc, una pequeña empresa de datos que cotiza en Nueva York.

Ted Farnsworth, director ejecutivo de Helios and Matheson, declaró a Bloomberg que el objetivo es acumular una gran base de clientes y recopilar datos sobre sus  comportamientos de visualización. Luego, esa información podría ser utilizada para segmentar anuncios y otros materiales de marketing hacia los suscriptores. «No es diferente de Facebook o Google. Cuanto más entendemos a nuestros fans, mejor podemos apuntar a ellos».

Aunque sobre el papel hay que reconocer que el modelo tiene potencial, pues al fin y al cabo actualmente todo el mundo quiere tener cuantos más datos de los usuarios se pueda, todavía está por ver si funciona o no. Es cierto que con un precio así podrían incrementarse las visitas a las salas de cine, lo cual beneficiaría a estas y las ayudaría a remontar un poco el declive provocado por el streaming online, pero no se sabe si eso sería suficiente tanto para ellos como para el propio MoviePass.

Sin duda, se trata de una propuesta interesante a la que echarle un ojo para ver como evoluciona. Si prospera y se mantiene en el tiempo, tal vez estemos ante el futuro de las salas de exhibición.