Microsoft quiere cambiar el mundo con nuevas laptops con servicio celular

Aunque Microsoft ha hecho esfuerzos loables en el mundo de las tabletas, lo cierto es que no le ha ido bien por ese camino: en la gama alta, Apple es intratable, y los dispositivos de Redmond no han funcionado como se esperaba. Quizá es por eso que ahora quiere regresar al mundillo donde siempre ha tenido una presencia importante, el PC, pero con una vuelta de tuerca: el «Always Connected PC» (ACPC) o «computador personal siempre conectado».

Al hablar de un ACPC, nos estamos refiriendo a un portátil superfino que esté habilitado para usar LTE y que cuente con una gran autonomía. En el caso de aquello a lo que apuntan desde Microsoft, para lo cual han formado una alianza con socios estratégicos de hardware, hablamos de hasta 20 horas de batería.

A finales del año pasado, Microsoft lanzó una nueva versión de la Surface Pro en la que incorporaron un módem celular LTE. En el CES de este año, los ejecutivos de Redmond declararon que se trataba del primer paso hacia lo que ellos creen que es el futuro: las ACPC, desde donde no sea necesario usar WiFi para conectarse a Internet porque el equipo vendrá preparado para conectarse directamente, estés donde estés.

Lo cierto es que los principales fabricantes de PC ya se han puesto manos a la obra. También a finales del año pasado, HP y Asus anunciaron los lanzamientos de sus ACPC en 2018. Y en el último CES, Lenovo anunció el Miix 630 (con un precio de $799), un ACPC ligero que cuenta con un procesador ARM de Qualcomm y no el Intel x86 que ha funcionado con equipos Windows durante décadas.

Sin embargo, habrá que esperar para ver si lo que ofrecen se adecúa a lo que busca Microsoft. Porque no lo vale cualquier cosa.

Una ACPC no es cualquier cosa

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Según explica Matt Barlow, vicepresidente corporativo de Microsoft, lo que ellos consideran ACPC debe cumplir con unos pocos criterios.

Para empezar, debe tener más de 13 horas de vida útil de batería en uso y «semanas» cuando está en modo de suspensión o espera. Además, debe contar con un módem celular LTE, ser delgada y ligera, y, claro está, ejecutar Windows 10 S de forma predeterminada ya que es la versión del sistema operativo pensada para maximizar la vida útil y el rendimiento de la batería.

De acuerdo con Barlow, en realidad es en la duración de la batería donde muchos ordenadores portátiles no pueden calificar como ACPC. Un dispositivo puede ser delgado y ligero, pero si la vida de la batería no está ahí, en realidad no cumple con aquello para lo que está pensado.

La razón de tanto rigor a la hora de clasificar a un equipo como ACPC es que, según Barlow, un dispositivo que cumple con todos esos criterios realmente cambia la forma en que se usa. Por ejemplo, es posible que no nos llevemos un portátil en un largo viaje por carretera porque la batería podría agotarse y no estaríamos seguros de encontrar donde recargarla. Lo mismo aplica para el uso del WiFi. Pero claro, con una batería de larga duración y una conectividad permanente, es posible ser productivo en cualquier lugar.

Además, la conectividad LTE también es importante para Microsoft no solo por esa posibilidad de independizarse del WiFi, sino porque consideran que el servicio móvil está mejorando tanto y tan rápido, que es posible que no dentro de mucho ni siquiera queramos conectarnos al WiFi, sino que preferiremos la conexión celular que no solo será igual sino incluso más rápida.

El rendimiento sigue siendo el gran obstáculo, pero ya no tanto

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Con las ACPC, está claro Microsoft se quiere medir con su tradicional contrincante: Apple. La mayor crítica que siempre han recibido las tabletas es que son dispositivos pensados solo para consumir, no para producir. Y esta es una crítica ante la que la misma Apple ha reaccionado con sus iPad y los accesorios que le acompañan.

Las ACPC buscan unir los puntos fuertes de las tabletas y resolver su principal debilidad: el rendimiento. Para ello, Microsoft ha hecho un intenso trabajo técnico para dejar atrás aquel Windows RT para tabletas, que solo era capaz de ejecutar aplicaciones de la Windows Store.

Sin embargo, desde la compañía han encontrado la forma de que incluso los procesadores ARM puedan ejecutar cualquier programa de Windows, incluso los que se escribieron con Intel en mente. Esto es importante debido a que algunos ACPC funcionan con procesadores Intel y otros ARM. Esto significa que los usuarios de las ACPC podrán acceder a toda la gama existente de software de Windows, tanto pasado como presente. Y eso es mucho, pero que mucho decir.

¿Esto significa que tendremos computadoras ultrafinas capaces de realizar tareas de alto rendimiento como edición de vídeo o ejecución de juegos de alta gama, es decir todo aquello que necesite uso intensivo del procesador? Bueno, a tanto no vamos a llegar. O por lo menos, si llegamos no será en esta etapa.

Según la directora general de grupo de Windows y dispositivos de  Microsoft, Erin Chapple, la diferencia de rendimiento entre una ACPC y una portátil tradicional es apenas perceptible en la mayoría de usos de la vida real. Pero claro: dependiendo de lo que estés haciendo. Juegos como Minecraft podrían funcionar un poco más lento que en otra máquina, pero si estás usando Microsoft Office o simplemente chateando en Facebook, la diferencia no será muy grande.

En base a estas palabras, podemos deducir que podremos hacer más, pero que mucho más que con una tablet (incluso un iPad) pero menos que con un PC de escritorio, por lo menos si nuestras tareas son de esas que tienen como práctica sacarle el aire al procesador. Por suerte, estas no son tareas que haga tanta gente más allá del ámbito profesional.

Parece que este año va a ser en el que las ACPC despeguen. Es de esperar también que veamos en estos meses como progresan y, si la iniciativa tiene aceptación (y debería tenerla), que para 2019 se consolide. Así que podemos prepararnos para que en pocos años el mundo de los portátiles no sea tal y como lo conocíamos.