Hay que reconocerle algo a Google: que cuida de los suyos. Ante la implantación que hizo Donald Trump de su veto migratorio dirigido a países con población musulmana mayoritaria, el gigante de Mountain View ha creado un fondo de emergencia de 4 millones de dólares para ayudar a los empleados que se vean afectados por este medida.
Este dinero provendrá de dos fuentes: la mitad la pondrá la propia compañía, mientras que la mitad restante se espera obtener de donaciones de otros empleados. Este dinero servirá para brindar el apoyo que necesiten los al menos 187 empleados a los que podría afectar esta política, según números que dio a conocer Sunder Pichai, el CEO del buscador.
En un comunicado que se pudo ver en USA Today, Google manifestó como empresa que «Estamos preocupados por el impacto de esta medida y por las propuestas que podrían imponer restricciones a los Googlers y a sus familias, o que podrían crear barreras para traer gran talento a los EE.UU. Continuaremos dando a conocer nuestros puntos de vista sobre estos temas a los líderes en Washington y en otros lugares». Estas palabras fueron muy similares a las que empleó Sunder Pichai al criticar los efectos que puede causar la directiva de Trump, que también se lamentó de que «es doloroso ver el costo personal de esta orden ejecutiva en nuestros colegas».
Precisamente, el anuncio del fondo vino después de que Pichai hiciese estas declaraciones. Esta campaña fue informada por Pichai en persona en un mensaje y luego confirmada por un portavoz de Google.
Este fondo es la campaña de crisis más grande que ha realizado la compañía en su historia. El dinero que se reuna será otorgado a la Unión Americana de Libertades Civiles, al Centro de Recursos Legales para Inmigrantes, al Comité Internacional de Rescate y al ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados).
Recordemos que fue el viernes 28 de enero cuando Donald Trump firmó la orden ejecutiva que detiene el programa de refugiados de Estados Unidos y que impide el ingreso al país durante al menos 90 días a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Irán, Iraq, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
Posteriormente, han ido haciendo aparición todo tipo de declaraciones en contra de esta medida tanto por parte de líderes sociales como mediáticos y, desde luego, de la industria tecnológica. También se produjeron varias acciones reivindicativas en contra del presidente y de su orden.
El sector de la tecnología es uno de los que más permeable es a la inmigración y, sin duda, se trata de uno cuya fortaleza reside en ser capaz de asimilar talento de cualquier parte del mundo. La activa postura de Google ante la medida es un reflejo de la consciencia que tienen acerca del valor que aportan los empleados con que cuentan en sus filas provenientes de diferentes puntos del planeta. Es de elogiar que, ante una situación de estas características, no los dejen a su suerte y se preocupen de ellos.
Tras este movimiento, es de esperar que en función del actuar del presidente Trump, empiece a generarse en el mundo de la tecnología una oposición activa en su contra de continuar con prácticas similares. Esto significaría que aquella reunión donde se pretendía alzar la bandera blanca frente a los líderes tecnológicos no sirvió de nada.