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Según un fondo de inversión, una tecnología que ya lleva un tiempo entre nosotros podría ser la próxima que representase un cambio en la forma en la que la gente usa sus teléfonos móviles. Se trata de una vieja conocida que se espera que llegue al ansiado iPhone 8: la tecnología OLED.

OLED son las siglas de «organic light-emitting diode», «diodo orgánico de emisión de luz» y es algo que ya lleva rondando por ahí desde hace unos años, sobre todo en las pantallas de TV. Sin embargo, ¿qué ha cambiado para que ahora pueda «explotar» con todo su potencial? Pues que comercialmente cada vez es más viable. O eso dicen desde Honeycomb Asset Management, de Nueva York.

En el informe correspondiente al segundo trimestre que hicieron llegar a sus inversionistas, el fondo señaló el potencial que representa la tecnología OLED especialmente para los grandes de la industria. Muchos fabricantes de celulares están viendo cómo implementarla en sus productos debido a sus bondades, entre las que se encuentra que permiten prolongar la duración de la batería.

Una de las partes del informe describe con más detalle las posibilidades que se abren:

«Sus propiedades [de las pantallas OLED] les permiten emitir imágenes cristalinas sin retroiluminación, (…) lo que las hace más eficientes en energía. Esto significa que las pantallas OLED son delgadas, flexibles, plegables y pueden aplicarse en cualquier superficie, desde el plástico al vidrio. Esto va más allá de los televisores. Imagine la posibilidad de convertir ventanas, paredes e incluso las luces traseras del coche en una pantalla funcional… Algunas de estas pantallas se puede desplegar y duplicar su tamaño,  lo que le permite navegar por Internet y ver vídeos más cómodamente mientras que mantiene el tamaño actual del teléfono sin cambios».

Según Honeycomb, el impacto de las pantallas OLED podría ser muy significativo para algunas de las principales empresas de la red, como por ejemplo youTube y Netflix. Los usuarios de ambas compañías visualizan en total dos mil millones de horas todos los días (mil millones los de cada una), un tiempo que se vería incrementado gracias a que disponer de teléfonos con pantallas flexibles que podrían agrandarse.

Este incremento en el tiempo de visualización conllevaría que Google y Facebook podrían monetizar mejor la publicidad del vídeo. Según explican, se podría revertir el impacto que supuso en las tasas de publicidad y de conversión la transición del escritorio al entorno móvil, ya que se pasaría de una pantalla pequeña a tener más superficie potencial para anunciar.

En dicho contexto, desde Honeycomb creen que «se está infravalorando dramáticamente el potencial para el crecimiento de los ingresos por publicidad, especialmente porque los precios de publicidad de vídeo son mucho más altos que el resto de enlaces».

Además, según explican desde el fondo, Goldman Sachs estimó recientemente que la industria OLED se triplicará hasta alcanzar un valor de 46 mil millones de dólares en 2020, lo cual vendría a reafirmar las predicciones que hacen para esta tecnología.

Solo el tiempo dirá si el fondo de inversión acertará o no en sus proyecciones. Si bien las pantallas flexibles ya existen desde hace tiempo, todavía no parecen haber alcanzado la suficiente calidad como para popularizarse. Esto podría cambiar dentro de poco gracias a la tecnología OLED, pero también hay otros factores que influyen en su adopción, algunos de ellos desconocidos. Porque el mercado, a pesar de todo, continúa siendo impredecible. Así, como en casos similares, tendremos que esperar para ver que pasa.