La situación de Twitter es, como poco, problemática. Y su incapacidad para salir de su estancamiento le está pasando factura ya desde hace tiempo, tal y como se puede apreciar en el gráfico que traemos a continuación basado en uno elaborado por Statista.

Como se puede apreciar, a pesar de una ligera remontada entre finales de 2013 y principios de 2014, lo que coincide con su salida a bolsa, los ingresos de Twitter han ido descendiendo desde mediados de 2012. Y aunque los ingresos tienen una caída más pronunciada, van en consonancia con el descenso de usuarios activos mensuales, los cuales solo parecen haber experimentado una ligera remontada a finales del año pasado.

Estos datos no son estimaciones, sino que toman como base al mismo Twitter, que a principios de mes hizo su reporte de ganancias para el cuarto trimestre de 2016. En este, los ingresos crecieron menos de un 1% con respecto al mismo trimestre del año anterior, los ingresos por publicidad disminuyeron y la compañía reconoció que el crecimiento futuro será más débil de lo esperado.

Este reporte tuvo sus consecuencias, haciendo que las acciones del servicio cayesen un 11% durante la tarde del día de la presentación. Y no es para menos. A la luz de lo que se observa en el gráfico, la tendencia parece muy difícil de cambiar, por lo que, a menos que desde Twitter hagan un movimiento inesperado (pero no por ello menos deseado), podría pronosticarse que el primer trimestre de 2017 va a ser igual o peor.

Como ya vimos, Jack Dorsey parece estar consciente de la situación y consultó a los usuarios para conocer lo que creían que había que mejorar en la plataforma. De hecho, nosotros nos atrevimos a lanzar nuestras propias propuestas basándonos en el hecho de que en lo que deberían centrarse es en los usuarios, que es su principal valor.

Sin embargo, más allá de ponerse por fin con acciones en contra de los trolls que plagan el servicio y de alguna que otra novedad poco relevante, lo cierto es que Twitter parece seguir atrapado en esa inmovilidad que tanto le está perjudicando. Su capacidad de reacción parece nula y el futuro que se dibuja ante la compañía se puede decir que está oscureciéndose por momentos.

En verdad da lástima ver como un servicio con tanto potencial va caminando en una dirección tan aciaga debido a una inoperancia interna que ya resulta exasperante. Twitter tiene una fuerte presencia cultural y sigue siendo un lugar muy apreciado por los medios de comunicación de todo el mundo, pero pareciera que estuviese librando una batalla consigo mismo en la que se estuviese empeñando en desperdiciar todos sus recursos sin importar los resultados. El relevo de Costolo por Dorsey no parece haber traído nada bueno y quizás en la empresa deberían empezar a considerar otro nuevo cambio en la cabeza, aunque sea para hacer un último intento y que la plataforma no termine hundiéndose de la forma que, al menos hoy día, resulta previsible.