Google está alimentando mosquitos. Seguro que así, de pronto, esta frase suena incongruente, absurda o, al menos, despista bastante. Pero es cierta, aunque para comprender las razones por las que lo hacen debemos profundizar un poco en el tema.

OK, la frase del principio tiene trampa: no es Google quien alimenta mosquitos sino una compañía hermana que también se encuentra bajo el paraguas de Alphabet: Verily, que antes se conocía como Google Life Sciences. Pero, ¿por qué lo hacen? Porque esperan liberar en algún momento millones o miles de millones de mosquitos esterilizados como una forma de combatir la propagación del Dengue y del Zika.

El plan que tienen en Verily involucra nuevos aparatos para la crianza de mosquitos, software geoespacial para rastrearlos y pruebas piloto en las que se liberarán mosquitos en áreas urbanas empleando camiones para ello. El proyecto está actualmente en una etapa muy temprana y a la cabeza del mismo se encuentra Linus Upson, ingeniero senior de Google y que antes tuvo a su cargo nada más y nada menos que Chrome, el navegador de los de Mountain View.

Pronto vendrán las primeras pruebas piloto

El Zika ha empezado a convertirse en un problema en EE. UU. recientemente. Tanto el Zika como el Dengue se propagan por medio de una especie de mosquito urbano que se llama Aedes aegypti que está muy extendido por Latinoamérica y que ha conseguido llegar hasta el norte. Este año, dicho insecto empezó a propagar el Zika en Miami, causando los primeros casos de esta enfermedad en Estados Unidos.

La razón por la que Verily ha dado a conocer su proyecto a pesar de que tan solo han dado los primeros pasos con él es porque esperan realizar pruebas de campo con sus mosquitos y esto haría que, en algún momento, sus planes se hiciesen públicos de todas formas. Según explica Upson, «Gente de varias partes de EE. UU. nos están pidiendo ayuda. Pero si vamos a liberar mosquitos en el mundo real, tenemos que hablar con las comunidades. Esto no es como lanzar un servicio de Internet para los consumidores».

Teniendo en cuenta esto, ¿ya se sabe dónde van a liberar los primeros mosquitos? Pues no por el momento. Ante la pregunta de Business Insider acerca de qué áreas, ciudades o países podrían ser los primeros en recibirlos, Upson declinó entrar en detalles diciendo que se estaban manteniendo discusiones con las organizaciones asociadas al proyecto.

Una investigación secreta

Upson es vicepresidente de ingeniería en Verily y pasó un año investigando todo aspecto de la ciencia de los mosquitos, intercambiando correos con expertos e incluso asistiendo a reuniones que se celebraban en Hawai, donde los mosquitos están devastando la población de aves nativas. Pero todo fue realizado con mucha discreción, tal y como deja ver Scott O’Neill, entomólogo australiano del proyecto «Eliminate Dengue», que declaró que «Sabía que estaban interesados pero el trabajo se ha hecho bajo un gran secretismo».

Con el objetivo de luchar contra el Zika y el Dengue, en Verily han estado considerando varias ideas de cara a controlar la población de mosquitos. Una de las que se examinó fue la construcción un ADN «egoista» que se traspasaría a los descendientes de los mosquitos que lo contuvieran y que luego los enveneraría. Según Upson, esta idea resulta controvertida y se encuentra todavía en las primeras etapas de desarrollo. Tal vez esa fue la razón por la que desde Verily dejaron pasar la compra de Oxitec, una compañía de Reino Unido que estaba realizando pruebas con mosquitos modificados genéticamente y que terminó siendo comprada como la compañía estadounidense Intrexon.

Misión: infectar mosquitos macho

La aproximación de Verily se basa en una forma menos radical de alterar a los mosquitos: infectarlos con una bacteria llamada Wolbachia. Cuando un macho infectado con Wolbachia se aparea con una hembra sin infectar, los huevos son fertilizados incorrectamente y la descendencia termina por no desarrollarse, lo que se puede considerar como una especie de control de natalidad. Liberar millones de machos infectados en un barrio o en una ciudad significaría que la población de mosquitos desapareciese.

El uso de la Wolbachia con estos propósitos ha sido bastante estudiado, se considera seguro y está ligeramente regulado en los Estados Unidos como «Biopesticida». Incluso se han hecho pruebas con esta técnica, como las que hizo la compañía Mosquito Mate en Los Angeles y cerca de Fresno, unas pruebas que por cierto no despertaron ningún tipo de clamor público en contra de ellas.

Si esta técnica se terminase implementando, no sería la primera vez que se usan machos infectados para control de plagas en Estados Unidos. Ya se hizo para expulsar de Texas al gusano barrenador, logrando alejarle hasta el istmo de Panamá, o para sacar de California a la mosca de la fruta, donde se esparcieron machos esterilizados con radiacción.

Al margen del beneficio para la salud que el proyecto significaría, lo cierto es que Verily no deja de ser una empresa y, dado que el control de la población de mosquitos suele ser algo que está en las manos de las autoridades de salud, no termina de estar claro la forma en la podrían ganar dinero con ello.

Pero tampoco parece que eso represente mucho problema. Según explica Upson, Google a veces lanza productos, precisamente como Chrome, incluso cuando no son capaces de generar dinero inmediatamente: «No necesitamos tener todas las respuestas para comenzar. Ya veremos donde termina».

En Verily piensan que pueden hacer que la crianza de mosquitos con los propósitos reseñados sea rápida y barata. Sus ingenieros están desarrollando maneras automatizadas tanto de criarlos como de separar a los machos de las hembras, una tarea que actualmente se maneja manualmente sacudiendo pupas a través de un filtro.