Si bien la investigación en sí misma en algo que trae sus propios beneficios, lo cierto es que llega un momento en que se hace necesario aplicar los descubrimientos que se hayan hecho. Eso es lo que parecen haber pensado en Google, donde han empezado a dar los primeros pasos de cara a sacar partido al trabajo que han realizado para desarrollar una computadora cuántica.

Tras varios años de desarrollo y de dinero invertido, Google ha empezado a ofrecer a laboratorios científicos e investigadores de inteligencia artificial acceso a sus máquinas cuánticas a través de Internet. El objetivo es estimular el desarrollo de herramientas y aplicaciones para esta tecnología y, en última instancia, convertirla en un servicio de computación en la nube más rápido y potente.

Así se desprende de una presentación que ha obtenido Bloomberg News. En ella, se detalla el hardware cuántico que tiene Google y se habla de un nuevo laboratorio al que se refieren como un «centro de datos cuántico embrionario». También allí toca el tema del software al hablar del ProjectQ, un proyecto open source para conseguir que los desarrolladores escriban código para computadoras cuánticas.

En esa misma presentación se repite una predicción que hicieron en 2014, cuando desde la compañía se reveló el trabajo que estaban haciendo para desarrollar sus propias computadoras cuánticas: que a finales de 2017, el sistema en el que estaban trabajando probaría su «supremacía»; es decir una prueba para mostrar un desempeño igual o superior al de las supercomputadoras existentes.

La lucha por la nube

Con Google en un tercer lugar en lo que se refiere a ofertas de nube, detrás de Amazon y Microsoft, suena lógico que los de Mountain View quieran sacar rendimiento a este desarrollo tecnológico. Sin embargo, no está solo en la carrera de la computación cuántica. En ella también se encuentra IBM, que ha estado trabajando ya varios años con Microsoft para la puesta en marcha de lo que se conoce como D-Wave Systems Inc.

Las computadoras cuánticas, al menos tal y como se conciben hoy en día, son idóneas para ofrecer servicios en la nube. Los equipos son muy voluminosos y requieren cuidados especiales en temas como la refrigeración, de manera que para las empresas resulta más práctico alquilar sus servicios que instalarlos en sus propios centros de datos.

Además, dado que estas máquinas terminarán siendo considerablemente más rápidas que las actuales, además de la ventaja competitiva que representa hacer uso de una de ellas para cualquier empresa, está el tema de los costos. Por ejemplo, dado que Google cobra por minuto, una computadora cuántica permitiría que se redujeran drásticamente los tiempos de computación, lo que terminaría recortando los precios de los servicios.

A juzgar tanto por las declaraciones pasadas como por los datos de la presentación mencionada antes, Google sigue su propio cronograma en este tema. Sin embargo, eso no significa que sus actividades estén exentas de presión: a principios de este año, IBM comenzó a acceder acceso a computadoras cuánticas aunque en un servicio aún experimental. ¿Se puede interpretar esto como una respuesta de Google? Lo dudamos. Más bien es que los tiempos de la tecnología son los que son y, por el momento, no se puede ir más rápido.

 

Un campo en auge

Que Google incursione en este campo sirvió y sirve para despertar un interés en él que antes estaba bastante limitado. Han empezado ya a aparecer varias empresas que están consiguiendo inversión para crear equipo y software para computación cuántica. Uno de ellas fue Rigetti Computing, que ha conseguido recaudar más de 69 millones con ese propósito.

Rigetti Computing lanzó en junio un servicio en la nube llamado «Forest», que permite a las compañías experimentar con sus equipos todavía en desarrollo. Según su fundador, Chad Rigetti, la computación cuántica se está poniendo tan de moda como la inteligencia artificial, aunque no se atreve a predecir su evolución. En sus palabras: «Esta industria está en su infancia. Nadie ha construido una computadora cuántica que funcione».

Y es que todavía falta bastante, a juicio de los expertos. Según el profesor del MIT Seth Lloyd, las aplicaciones útiles de una computadora cuántica llegarán cuando un sistema tenga más de 100 qubits.

Para entender esto, pero sin extendernos demasiado (aquí hay una explicación más extensa), diremos que el qubit es la unidad básica de la computación cuántica, de la misma forma que el bit es la unidad básica de la computación tradicional. La diferencia principal es que mientras que un bit puede tener solo dos estados (1 y 0, encendido y apagado), un qubit puede tener varios: 1, 0, ambos al mismo tiempo o algo entre medias.

Entonces, ¿dónde nos encontramos ahora? Bueno, IBM dijo en mayo que había agregado a sus equipos un procesador de 17 qubits, y Google dice que la máquina que está produciendo tiene qubits, aunque no está claro si se trata de la computadora que se ofrece a través de Internet a los usuarios externos. Es decir: lejos de los 100 qubits del profesor del MIT.

Sin embargo, esto no parece estar deteniendo a ninguna compañía. Dados los tremendos beneficios que reportaría, es lógico que se estén haciendo esfuerzos por sacar partido a lo que se tiene entre manos al mismo tiempo que se continúa con el desarrollo. Por lo tanto, si bien no estamos hablando de algo que vayamos a ver en acción en cuestión de meses, lo cierto es que parece que el término computación cuántica va a ir apareciendo cada vez con más frecuencia al hablar de tecnología. Y si no, al tiempo.