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Si bien la medida de seguridad biométrica que más se ha extendido en el mundo de los celulares es la identificación por huella dactilar, actualmente se habla mucho de la identificación facial a raíz de su incorporación en iPhone X. Aunque no se trata de una nueva tecnología, seguro que veremos que se extenderá más simplemente por ese efecto que suele tener Apple cuando incorpora algo nuevo a sus teléfonos.

Sin embargo, dada la preocupación incremental por la seguridad entre los usuarios, la investigación para desarrollar nuevos métodos de identificación continúa. Y recientemente, ha hecho aparición una nueva tecnología bastante llamativa que hace uso de nuestra frecuencia cardiaca para desbloquear un teléfono.

Es un sistema que ha sido desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo y que toma como base un sensor de tipo radar que permite medir el ritmo de nuestro corazón sin necesidad de contacto físico, tal y como explicó Wenyao Xu, profesor asistente del departamento de informática e ingeniería de la Universidad de Buffalo, a la publicación Digital Trends.

Según Xu, el sensor funciona más o menos como un router WiFi: «puede enviar una señal inalámbrica y recibir la señal de rebote, junto con el movimiento del corazón del usuario y los rasgos geométricos. Usamos estas características para identificar a los usuarios porque cada individuo tiene rasgos de corazón únicos».

Este tipo de identificación es más segura que la facial o la dactilar debido que, mientras que los datos de cara y huellas dactilares se pueden conseguir con más facilidad a distancia, la biometría basada en el corazón es más difícil de obtener de manera ilegal debido a que, bueno, no es algo que esté expuesto a la vista de todos.

Además, según Xu, otro beneficio es que el proceso se puede realizar sin que el usuario haga nada físicamente. No tiene que realizar ninguna operación debido a que el sensor puede obtener la «huella cardiaca» sin necesidad de contacto. Esto hace posible incluso que se pueda realizar un proceso de identificación continua. Así, el dispositivo se desconectaría cuando el propietario se aleja de él y se conectaría cuando se acercase, todo ello automáticamente.

El tiempo que emplea el sistema para escanear por primera vez un corazón es de tan solo 8 segundos y es tan seguro como cualquier dispositivo WiFi, además de que emite menos del 1% de la radiación de un celular inteligente normal. En cuanto a la fiabilidad, Xu cuenta que «hemos evaluado nuestro sistema con 78 sujetos y la precisión es de más del 98%. Planeamos reclutar entre 500 y 1000 voluntarios más para validar el sistema».

Dado que Xu comentó que tienen un plan para comercializar el sistema, si se termina probando como fiable, no sería de extrañar que estemos ante una tecnología que viésemos en los próximos años cómo se incorpora en los celulares de última generación. Y partir de ahí, será cuestión de tiempo para que se extienda a todas las gamas disponibles del mercado.