Formas en que la tecnología podría extender tu vida

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La esperanza de vida a nivel mundial ha pasado de estar entre los 30 y 40 años a inicios del siglo XIX a alcanzar un promedio de 71,4 años en 2015 (el cual varía hacia arriba o hacia abajo según el país). Se considera que las medidas de salud pública son las principales responsables de este incremento, pero el desarrollo tecnológico podría impulsar un nuevo y drástico crecimiento del tiempo que podemos llegar a vivir.

En la actualidad, existen diversas iniciativas que tienen este loable objetivo. Algunas son más locas que otras, pero todas son completamente serias. Veamos a continuación cuáles algunas de estas propuestas que, juntas, perfilan un futuro de lo más prometedor para la raza humana… siempre que no acabemos con nosotros mismos de las muchas otras formas en que podemos hacerlo.

El «archivo mental» digital

No estamos hablando aquí de trasladar nuestra consciencia a una máquina, sino más bien de una versión digitalizada de nosotros, que vendría equipada con todos nuestros recuerdos, opiniones y rasgos de personalidad.

Se considera que para conseguirlo es necesario que el individuo «de origen», por así decirlo, debe responder en torno a 100 mil preguntas sobre sí mismo para que, a continuación, sus respuestas sean tomadas como una modelación para una inteligencia artificial. Ya ha habido varios intentos de conseguir esto, siendo el más famoso Bina48, un robot creado por Martine Rothblatt y David Hanson que tomó como modelo a la esposa real de Rothblatt, Bina Aspen Rothblatt.

Sí esto se consiguiera, lo cierto es que no seríamos realmente nosotros ya que nuestra consciencia no habitaría en la inteligencia artificial. Pero la réplica podría ser bastante convincente como para que nuestros descendientes pudiesen interactuar con ella como si lo hiciese con nosotros.

Conservar el cerebro

La criogenización lleva ya un tiempo entre nosotros. Ya se sabe: eso de «congelarnos» para revivirnos cuando la medicina lo permita. Sin embargo, recientemente se ha dado un nuevo giro a esta idea: preservar solo el cerebro. Esto es lo que propone la startup Nectome, que tiene el apoyo de la aceleradora Y Combinator, que tiene como objetivo preservar cerebros mediante un proceso llamado criopreservación estabilizada con aldehídos.

Para poder hacerlo, primero hay que morir. Pero la idea es que, cuando el proceso de embalsamamiento esté completo, será posible revivirnos en algún momento del futuro, cuando la tecnología haya avanzado lo suficiente. Si te interesa, que sepas que ya es posible recurrir a los servicios de Nectone a cambio de un depósito de $10 mil completamente reembolsable.

Transferir tu mente a un robot o un holograma

El multimillonario ruso Dmitry Itskov creó en 2011 la iniciativa 2045, una organización sin ánimo de lucro que busca la extensión de la vida. Su objetivo es «crear tecnologías que permitan la transferencia de la personalidad de un individuo a un portador no biológico más avanzado, y extender la vida incluso hasta el punto de la inmortalidad».

El proyecto se divide en varias etapas. La primera es crear robots que puedan controlarse con la mente. La segunda, crear robots que puedan alojar a un cerebro humano de manera física, por medio de trasplante quirúrgico. Tras esta, vendría una en la que se pretende traspasar solo el contenido del cerebro humano a un robot para que, por último, estos sean sustituidos por hologramas.

Itskov escribió una carta abierta a algunas de las personas más ricas del mundo y en ella decía que «Esta investigación tiene el potencial de liberarlos a ustedes, así como a la mayoría de las personas de nuestro planeta, de la enfermedad, la vejez e incluso la muerte». «Potencial» es la palabra clave en todo esto, porque todavía queda por ver hasta qué etapa conseguirá llegar. De hecho, solo llegar a la primera sería un gran logro.

Ingeniería inversa del cerebro

Más pragmático, o al menos con objetivos más tangibles, es el programa BRAIN, siglas de Investigación del Cerebro a través del Avance de las Neurotecnologías Innovadoras, que presentó en 2013 el presidente de Estados Unidos Barack Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión.

Lo que busca BRAIN es trazar un mapa de las vías eléctricas del cerebro para arrojar luz sobre trastornos neurológicos como el Alzheimer, el Parkinson, la esquizofrenia, la depresión y lesiones cerebrales traumáticas. Y es que, a pesar de los impresionantes avances de los últimos años, los neurocientíficos todavía no saben todo lo que hay que saber sobre el cerebro.

Dejando a un lado los beneficios evidentes de este programa, que redundarían en el incremento de la esperanza de vida, mapear el cerebro al nivel de granularidad propuesto podría también conducir en algún momento a algún desarrollo de cara al «trasplante» de mente.

Modificación genética

California Life Company es un proyecto de investigación a largo plazo de 730 millones de dólares financiado por Alphabet y la compañía farmacéutica Abbvie y es más conocido por la abreviatura de su nombre: Calico. Se trata de un proyecto ultrasecreto que busca descubrir por qué solo vivimos mientras vivimos y si la vida humana puede extenderse más allá de eso. Entre las disciplinas que se integran en la investigación están la biotecnología y la inteligencia artificial.

Más allá de esto, se sabe muy poco acerca de Calico. Sin embargo, han obtenido algunos logros, como duplicar la vida útil de las lombrices redondas en el laboratorio a través de la modificaciones de su código genético. No se sabe si todas las investigaciones pasarán por trastear con genes, pero como es de lo poco que se sabe, pues habrá que meterlos en esta categoría.

Bioimpresión 3D

Y terminamos con la que tiene más visos de ser efectiva a día de hoy: la impresión de órganos para reemplazar a los que ya no funcionan. No es que sea una forma permanente de evitar la muerte, pero contar con la capacidad de producir un número ilimitado de órganos de trasplante no hay duda de que sí supondría un incremento no solo en la esperanza de vida, sino en su calidad.

Todavía no es algo que tengamos al alcance de la mano, pero poco nos vamos acercando lo suficiente como para saber que se trata de algo que es cuestión de tiempo que se haga realidad. Son varias las instituciones que están trabajando en este tema y los logros son cada vez mayores en los últimos años.