Todo tiene un final, y nuestro planeta también lo tendrá en algún momento. Por suerte para nosotros, en principio no será algo que sucederá inmediatamente. O por lo menos, no sucederá inmediatamente de alguna de las tres siguientes formas en los que la comunidad científica piensa que la Tierra podría perecer. Tres formas, por cierto, que son bastante aterradoras sobre todo por lo impotentes que seríamos a la hora de enfrentarnos a ellas. Que no podríamos hacer nada, vamos.

Un agujero negro

Aunque no es que estemos en estos momentos al alcance de un agujero negro, lo cierto es que podríamos llegar a estar si pasásemos demasiado cerca de un agujero negro errante. O mejor dicho, si él pasase demasiado cerca de nosotros.

¿Lo peor? Que ni siquiera tendría que acercarse lo suficiente para «devorar» nuestro planeta, sino que bastaría que lo hiciese lo bastante como para enviarnos fuera del sistema solar o más cerca del sol. En cualquiera de los dos casos, si nuestro planeta en sí mismo sobreviviese, lo que no lo haría sería la vida sobre él. O sea, nosotros.

Una explosión de rayos gamma

Stan Lee hizo famosos los rayos gamma al convertirlos en lo que ocasionó que Bruce Banner se transforme en Hulk, pero más allá de eso, estos rayos hacen aparición, como explican en Wikipedia, en fenómenos astrofísicos de gran violencia. Como el colapso de una estrella masiva, por ejemplo.

«En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie terrestre, pues los absorbe la alta atmósfera» dicen también en Wikipedia. Pero si los producidos por la explosión suficientemente poderosa de una estrella llegasen a la Tierra, se destruiría nuestra capa de ozono, lo cual causaría un rápido enfriamiento global.

Y bueno, aunque suena poco probable que esto ocurra, lo cierto es que es posible que ya haya pasado y que esto mismo haya sido lo que causó la primera extinción masiva en nuestro planeta.

Energía oscura

La comunidad científica ha teorizado que existe una misteriosa fuerza a la que denominan como energía oscura que está acelerando la expansión del universo; o sea, que separa sus partes a un ritmo cada vez más rápido.

Si esta aceleración continúa, dentro de 22 mil millones de años la fuerza que mantiene a los átomos unidos fallará y, bueno, simplemente desaparecerá todo. Sí, todo: no solo la Tierra, sino todo el universo. Así que al menos tendríamos el triste consuelo de que no solo nuestra pequeña «canica azul» se desvanecería, sino que todo lo que hay en lo que consideramos como existencia sería borrado por completo.

Buenas y malas noticias

Como suele ocurrir con este tipo de cosas, hay una noticia buena y otra mala. La buena es que ninguna de estas cosas es posible que suceda al menos durante algunos miles de millones de años. Y para entonces, vete tú a saber donde estará la raza humana, si es que queda algo de ella (spoiler pesimista: al paso que vamos, poco o nada).

¿Y la mala? Pues que… «solo sabemos que no sabemos nada». Es decir, que la comunidad científica reconoce que nuestro universo sigue siendo un misterio para nosotros, así que cualquier cosa podría suceder en cualquier momento.

Por lo tanto, estando las cosas así, solo nos queda una solución: carpe diem.