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Existen varios métodos para moverse por el agua: desde el nado, que viene a ser el más sencillo, hasta los grandes cruceros; y entre ellos tenemos otros tipos de embarcaciones, como botes de remos, lanchas a motor y motos acuáticas. Y ahora hay uno más: una bicicleta.

Sí, has leído bien: una bicicleta. Concretamente, una bici eléctrica a pedales que es algo así como una mezcla entre un hidroala y una moto acuática. Su nombre es Manta5 y cuenta con dos patines de carbono para sustentarse sobre el agua junto con un motor de 400 W, que sirve para aumentar la potencia de pedaleo del ciclista y hacer girar la hélice. Y, ya que no tiene lo que podríamos denominar como un casco de verdad (como el de un barco o una moto), cuenta con unos módulos de flotabilidad que, como su nombre indica, permiten mantenerse a flote cuando se detiene.

La Manta5 es bastante ligera, pesando alrededor de 20 kg. Puede ser usada por personas con un peso entre 70 y 100 kg tanto en agua dulce como en salada. Su batería tiene una autonomía de hasta una hora y permite alcanzar una velocidad máxima de entre 15 y 20 km/h.

Soñando con ser olímpico

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La Manta5 fue creada por el empresario neozelandés Guy Howards-Willis, al que por lo visto se le ocurrió la idea de esta peculiar bicicleta allá por 2010. Para dar vida a este concepto, trabajó con la ayuda del diseñador de bicicletas Roland Alonzo hasta que por fin consiguió pulir todos los detalles y así ahora poder contar con el producto perfeccionado.

El primer modelo que saldrá a producción, el Hydrofoiler XE-1, estará disponible para preventa a inicios del año que viene, con fecha de entrega hacia finales de 2018 pero solo para Nueva Zelanda. Se tiene previsto hacer una expansión internacional, pero más adelante.

En cuanto al precio, todavía no se ha especificado. Lo único que se ha llegado a decir es que será «similar al de otros productos de calidad de deportes acuáticos».

Howards-Willis tiene grandes ambiciones para su producto, soñando incluso con llevarlo a las olimpiadas: «Quiero que estas bicicletas vayan más allá de ser un producto de ocio: quiero que sea un producto deportivo para que sea más competitivo». Habrá que comprobar que tan bien rinde ya sobre el terreno (o mejor dicho, sobre el agua), pero visto de desde fuera, hay que reconocer que tiene los mimbres como para conseguirlo.