Encontramos nuestra galaxia gemela a 180 millones de años luz de distancia

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Mito o realidad, se suele decir que todos tenemos nuestro propio gemelo en alguna parte del mundo. Si es así, ¿qué podría impedir que existiese en el universo un planeta gemelo a la Tierra? Y es más, ¿habrá incluso una galaxia como la nuestra? En cuanto a planetas, quizá gemelos no pero ya se han encontrado al menos 10 parecidos al nuestro. Y recientemente, por primera vez se ha encontrado una galaxia como la nuestra.

Está situada a nada menos que a 180 millones de años luz de nosotros y es una galaxia espiral gigante que también cuenta con un par de galaxias que orbitan a su alrededor y que son parecidas a las dos más brillantes que orbitan a la nuestra: las Nubes de Magallanes.

En torno a nuestra vieja Vía Láctea orbitan por lo menos 50 galaxias que se quedaron sin gas debido a que la nuestra se las quito, que es lo que suele ocurrir en el caso de galaxias gigantes. Esto ocasiona que nuestras pequeñas vecinas se queden sin capacidad de generar nuevas estrellas. De ahí que las Nubes de Magallanes sean una rareza, pues cuentan con una población estelar joven.

Es por eso que el hallazgo de la gemela de la Vía Láctea es tan llamativo, pues es un fenómeno que se creía excepcional pero que se ha encontrado replicado por primera vez en otra parte del universo.

Una rareza que ya no es tan rara

El descubrimiento fue realizado por Sanjaya Paudel y Chandreyee Sengupta en la Universidad de Yonsei en Seúl, Corea del Sur. Para conseguirlo, tuvieron que examinar imágenes de casi 20.000 galaxias pequeñas hasta encontrar un par que están situadas cerca de una galaxia gigante.

La galaxia espiral en cuestión no tiene un nombre tan evocador como la nuestra, sino más bien técnico: NGC 2718. Está situada en la constelación Hydra y es acompañada por dos vecinas cuyo nombre es UGC 4703, las cuales están conectadas entre sí por un puente de estrellas jóvenes, lo cual indica que interactuan entre ellas de la misma forma que lo hacen las Nubes de Magallanes.

Philip James, de la Universidad John Moores de Liverpool, publicó en 2011 los resultados de una búsqueda de sistemas de este tipo. En aquel entonces, los describió como extremadamente raros, pero ante este descubrimiento declaró que Paudel y Sengupta «definitivamente han encontrado un análogo mejor que cualquiera de los casos que presentamos».

Por otro lado, Gurtina Besla, de la Universidad de Arizona en Tucson, dijo al respecto que este caso resulta «particularmente interesante porque está claro que las dos galaxias más pequeñas están interactuando», algo que no era tan evidente en ninguno de los otros casos que se descubrieron.

Lo significativo tanto de UGC 4703 como de las Nubes de Magallanes es que hayan conseguido prosperar en las cercanías de una galaxia gigante que captura sus gases. La explicación existente hasta el momento, al menos para nuestras vecinas, es que las dos nubes llegaron hasta las inmediaciones de la Vía Láctea no hace tanto, de manera que no ha tenido tiempo de robarles gran parte del gas. Según dice Paudel, esta explicación podría también ser válida para lo que se ha encontrado en Hydra